Por norma general somos cautos a la hora de elegir colores para pintar las paredes de nuestra casa. Lamentamos decirte que la excesiva prudencia, en lo que a pintura se refiere, tampoco es una garantía de éxito. Descubre los errores más habituales que se cometen a la hora de renovar nuestra casa por medio de la pintura, y jugarás con ventaja la próxima vez.
No tengas miedo a cambiar
Es posible que te resistas a probar colores nuevos si hay uno que te gusta mucho y te da buen resultado. Pero ampliar nuestra paleta de colores, son necesidad de subir mucho el tono, puede ser un gran acierto. Para que no sientas que el cambio es muy brusco puedes comenzar con una zona pequeña en la estés segura del resultado final. Solo con pintar una pared notarás el cambio y comprobarás que aporta un toque de personalidad a tu casa.
No te limites a imaginar
Nunca estás 100% de segura de que el color que tienes en mente va quedar en tu pared tal y como imaginas. Por suerte a estas alturas la tecnología puede hacer eso por ti. A día de hoy existen numerosas aplicaciones para el móvil o la tableta que te permitan probar distintos colores hasta dar con el que más te guste. Con todo, los colores digitales no se coresponden siempre con con el resultado final. Haz siempre una pequeña prueba en la pared y verás cómo es el acabado y cómo le afecta la luz en diferentes momentos del día.
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El techo no ha de ser blanco
Es cierto que los techos blancos ayudan a ganar altura, pero si dispones de ella no descartes un techo de color. Puede darle personalidad a una habitación pintada en tonos neutros si optas por colores cálidos que aporten luminosidad. No es necesario que sea un color muy fuerte, a menos que busques un efecto muy dramático o el techo sea demasiado alto. En ese caso un color oscuro lo acercaría y la estancia ganaría calidez.
Utilizar un único color
Cuando todo está demasiado coordinado, sin apenas contrastes, el resultado puede ser aburrido. Especialmente si usas una paleta de tonos demasiado neutros e iguales. Si no te sientes capaz de introducir el contraste en las paredes, búscalo en otros elementos como algún mueble, los cojines, la ropa de cama… Evita, además, pintar toda la casa igual. Dentro de una misma paleta busca variaciones que le den a cada estancia un toque personal.
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Falta de equilibrio con los colores
Otro de los errores al pintar se produce cuando nos gusta un color y pintamos demasiadas paredes con él. Es bueno que siempre haya zonas de color neutro para que nuestra vista descanse y haya un efecto de contraste. El abuso de un color puede llegar a provocarnos saturación y cansancio visual. La regla que se utiliza en decoración es la del 60-30-10. Consiste en elegir un color dominante (60%), un color secundario (30%) y un color final (10%) destinado a los complementos que sirve para dar una pequeña nota de color.
Cada habitación de un color
El abuso del color es otro de los errores más frecuentes. Es importante que el paso de una estancia a otra no suponga un cambio brusco en cuanto a los colores, sino que haya armonía entre ellas. Además, si usamos colores demasiado vivos nos será imposible sentirnos relajados estemos en una u otra habitación. Busca una continuidad cromática en toda la casa para que no dé la sensación de que cada habitación es de una casa distinta. Evítalo buscando elementos de color comunes en todas ellas.
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