Pero no hablamos de cocinas con 'office', porque en esta nueva visión, ese concepto se nos queda pequeño. Hablamos de trasladar nuestro comedor, aquel que nuestras madres y abuelas tenían reservado a las grandes ocasiones, a la cocina. Sin complejos y llenos de posibilidades, trasladamos la vida social de la casa a la cocina, convirtiéndola en el lugar de comunicación para eventos familiares o reuniones con amigos.
Alrededor del fuego
Piensa en sus muchas ventajas: no tendrás que llevar platos de un lado para otro, si hay algo que requiere un último toque en el fuego, podrás seguir participando de la velada al mismo tiempo, será más fácil recoger y cambiar la mesa ‘a modo’ sobremesa… ¿Las desventajas? Los detractores de las cocinas abiertas al resto de la vivienda siempre hablarán de los olores, pero las nuevas campanas extractoras son el mejor contraataque, ya que acaban con los olores y el humo, pero no interrumpen la conversación. ¿Necesitas más motivos?
Pensando a lo grande
Si el primer paso ha sido abrirse al salón, llega el momento de integrarse en el comedor, fruto del delicioso (y televisivo) momento que están viviendo los fogones. Porque si hay dos espacios que hayan nacido para estar juntos, eso son ellos. Bien avenidos, es una solución perfecta en casas de pocos metros, donde los tabiques, aunque sean de cristal, agobian y abigarran, pero también en las más grandes con aires de libertad o amantes de la estética ‘loft’. La unión hace la fuerza y esta nueva y única estancia brinda la oportunidad de disfrutar a todos (cocinero incluido). La cocina del futuro, independiente y ajena al resto de la vivienda, tiende a desaparecer, convirtiéndose en un espacio polivalente, funcional, pero también emocional.
Soluciones ‘foodies’
Como consecuencia de esta ampliación de miras y funciones, es preciso vestirla para la ocasión, sin que pierda su funcionalidad y su esencia: el placer de estar entre fogones. Tiene que ser práctica, tener espacio para trabajar, para comer, para tomar el café después... Necesitamos que sea un espacio flexible, capaz de convertir la mesa en encimera y a la isla en barra para cócteles. Este nuevo universo precisa también de ingenio e imaginación, para aunar lo mejor de ambos ‘mundos’ sin perder identidades, esencias y obligaciones (la higiene siempre es prioridad), diseñando un lugar donde quieras quedarte.
Estética híbrida
Si estás dispuesta a esta unión, es el momento de materializarla. Puedes unir cocina y comedor, pero mantener el salón independiente y a ‘su manera’ o crear un espacio único que albergue las tres estancias. Sin olvidar, que respecto a la decoración, no estamos ante un 'office' de diario sino ante el comedor de nuestra casa. Esta es la mentalidad que debes tener a la hora de ‘vestirla’ y olvidarte de la típica imagen que tienes de una cocina. No renuncies a los muebles de diseño, a las alfombras para delimitar la mesa, a las lámparas maravillosas, al papel pintado, a las piezas con carácter…
En cualquier caso, es preciso buscar la unidad a través de los materiales y los colores. Si tienes dudas sobre qué tonalidades y materiales usar, las grandes ferias del sector han dicho la última palabra. El reinado del blanco no parece tener fin, aunque ha dejado paso al color, especialmente a los tonos oscuros, donde el negro encabeza esta lista ‘top’. A su lado, el azul y el verde (oscuros, ‘of course’). Por su parte, la madera sigue siendo una gran aliada, tanto en cocinas de estilo rústico como en las más urbanas, industriales o sofisticadas.