El dormitorio es el salón (y el despacho) de la casa del siglo XXI
Adiós a espacios públicos y privados, hoy la vida doméstica se traslada a la habitación principal, tal y como afirma la arquitecta Beatriz Colomina en el libro ‘This Will Be The Place’, publicado por Cassina.
¿Será muy diferente la casa del futuro? Posiblemente, no en lo esencial, aunque sí cambiarán algunos de los conceptos (y las estancias) como los conocemos hoy en día, como consecuencia de lo que sucede a nuestro alrededor. Para celebrar su 90 cumpleaños, Cassina, la firma que produce, entre otros, los muebles de Le Corbusier, ha publicado ‘This Will Be The Place’ (Rizzoli), un libro que explora cómo la sociedad actual influye en el futuro de los interiores.
‘Bed Time’
La arquitecta Beatriz Colomina, una de las cinco figuras que participan en el libro, lo tiene claro: el siglo XXI será el siglo de la cama. Ante esta afirmación, inmediatamente te vienen a la mente Marcel Proust, Truman Capote (que se consideraba a sí mismo como ‘un escritor horizontal’), John Lennon y Yoko Ono y, por supuesto, Hugh Hefner. El fundador de ‘Playboy’ tenía una verdadera sala de control en su cama, donde rodeado de teléfonos, archivadores, neveras y un sinfín de cosas más, daba órdenes, concedía entrevistas, controlaba las luces… En definitiva, vivía en y por la cama. Este concepto, antes reservado a artistas y escritores excéntricos, llega ahora a todos nosotros: “Con los nuevos medios, todos nos hemos convertido en autores de algún tipo”, señala Colomina. Es, sin duda, hora de acostarse.
¿Territorio privado?
¡No! Y si no, piensa en las horas que pasas contestando correos electrónicos, navegando por Internet, accediendo a las distintas redes sociales, quedando con los amigos, buscando restaurante para cenar… Antes el dormitorio era el refugio, donde desconectabas del exterior y buscabas la calma del hogar, te bastaba simplemente con cerrar la puerta. Sin embargo, hoy eso no es posible, ya que, gracias al uso de las tecnologías, especialmente de los smartphones, trasladamos nuestra vida (social, cultural y laboral) a nuestra cama, a nuestro dormitorio. Y, aunque parezca que esta nueva situación nos hace más libres, lo cierto es que ocurre justo lo contrario, ya que, al difuminarse las fronteras entre el trabajo y el ocio “trabajamos las 24 horas, todos los días”, señala la profesora de la Universidad de Princeton. Podríamos hablar de un 24/7 en la cama: Recuerda ese WhastApp de tu jefe un sábado por la mañana o un miércoles a las 11 de la noche…
Desde mi cama
Hoy hay que entender la cama, como ese espacio en el que lo físico se encuentra con lo digital. Según Colomina, no solo el dormitorio es el nuevo salón, sino que es la cama el nuevo centro de la vida doméstica (el tamaño de las viviendas actuales también tiene mucho que ver, al igual que la apertura de las estancias y los espacios abiertos). Allí leemos, vemos la televisión, trabajamos con el ordenador, desayunamos o comemos, ‘descansamos’, conversamos con nuestros amigos, fijamos entrevistas y citas e, incluso, nos echamos la siesta de media hora (un clásico de la zona de estar). Todas esas cosas que antes hacíamos sentadas o tumbadas en el salón de casa.
El entorno perfecto
Para que tu dormitorio dé respuesta a tus necesidades y no tenga complejos de ser el nuevo salón de tu vivienda, debe tener todas aquellas cosas que te hacen la vida más fácil y lograr una atmósfera agradable y cálida, donde te sientas tan a gusto que no eches de menos tu adorado y viejo sofá.
Pero tranquila, esto no significa que la casa se reduzca a la cama sino que “la cama viaja por el mundo. Por lo tanto, si quieres esconderte, tienes que levantarte de ella”. Eso o poner un post-it en la cámara de tu ordenador.