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Con su método KonMari, la japonesa Marie Kondo ha revolucionado el mundo del hogar (sus consejos han traspasado fronteras, convirtiéndose en un movimiento social), el editorial (ha publicado dos ‘best sellers’), el de YouTube (sus vídeos tienen millones de visitas) y, en breve (estamos seguros), el de la televisión, ya que próximamente va a estrenar un ’reality show’ en Nextflix. Antes de que llegue a la pequeña pantalla, hemos decidido repasar sus principales ‘enseñanzas’, para que pongas orden en tu casa y en tu vida.
Ordenar para ser feliz
Marie Kondo echa por tierra muchas ideas que tienes prefijadas. El primer ‘mantra’ es organiza en el orden correcto. Es decir, primero elimina todo lo que no te hace feliz (uno de los principios de su ‘filosofía’) y luego guárdalo en el lugar adecuado. A la hora de organizar, la clave está en ordenar por categorías no por ubicación. Olvídate de ‘esta semana el dormitorio, la siguiente el salón…’. Así nunca organizarás a fondo, porque comprobarás que hay cosas que duplicas en las diferentes estancias, por lo que seguirás almacenando, sin saberlo.
Sin 'efecto rebote'
Tal y como cuenta en su libro La magia del orden no se trata de ir recogiendo poco a poco sino de hacerlo de una vez, aunque se trate de un esfuerzo titánico. Si organizas un poco cada día, nunca verás la luz ni lograrás concluir del todo la tarea. Eso sí, para evitar el 'efecto rebote', el mismo que tienen las dietas 'milagro', debes hacerlo en profundidad, no basta con un lavado de cara, debes meterte en la bañera. Y como cuando estás a régimen, ver resultados será motivación suficiente para seguir. Además, esta tarea de organizar va mucho más allá, ya que produce un reajuste en tu forma de vida. Un dos por uno mucho más fácil de lo que pueda parecer a priori.
La atmósfera ideal
Para entrar en calor, deshazte de las cosas que no funcionan, de objetos o prendas desparejadas, de ropa pasada de moda… Para saber qué tirar, pregúntate si te hace feliz. "Si es así, consérvalo, si no, deséchalo. Este principio no solo es el más sencillo, sino también el más preciso para juzgar”. Antes de ponerte manos a la obra, crea una atmósfera tranquila, donde evaluar las cosas que forman parte de tu vida. El mejor momento para hacerlo es por la mañana temprano, ya que “mantiene la mente despejada y tu poder de discernimiento agudo”. Si dudas en eliminar un objeto determinado, párate a pensar en si ya ha cumplido la misión por la que lo adquiriste. Si realmente ya ha ‘vivido’ más allá de su propósito, es el momento de deshacerte de él.
Para facilitarte la labor, el orden de actuación debe ser ropa, libros, papeles, objetos y recuerdos sentimentales. El primero (ropa) y el último (objetos personales) son los dos grandes retos de 'la magia del orden'. Organizar las prendas puede ser, incluso doloroso, si piensas en esa camisa que no te pones nunca, pero que te trae tan buenos recuerdos, por ejemplo. Una vez superado el shock inicial (una cantidad exagerada de prendas) y tras deshacerte de gran parte de ella, guárdala preferiblemente doblada, ya que, además de ahorrar espacio, transmites energía a la prenda. Dejar para el final las fotografías y recuerdos no es una medida aleatoria sino la forma de hacerlos frente sin caer en la ‘tentación’ de no desechar nada. Para no equivocarte, piensa que es más efectivo conservar una pequeña muestra de cada momento especial que guardar fotos y fotos en cajas olvidadas.
Principios básicos y mantenimiento
Tras el desecha y luego guarda, hay una lista de principios top en el camino hacia la felicidad. Así, almacena siguiendo la máxima sencillez, logrando que todo esté a mano y tenga fácil acceso; guarda todos los objetos similares en el mismo lugar y no disperses los lugares de almacenaje; no apiles las cosas; saca partido al almacenamiento vertical con armarios que llegan hasta el techo o estanterías con poco fondo y mucha altura, y recuerda que para guardar no necesitas accesorios demasiado complicados o extravagantes, a los que pocas veces das uso (seguro que si piensas se te ocurre alguno). Marie Kondo apuesta por las cajas de plástico y cartón, para guardar desde ropa hasta zapatos, material de escritorio o útiles de cocina y recurrir a la poderosa imaginación. Así, un bolso grande puede convertirse en el mejor lugar para los modelos de tamaño pequeño y mediano. Una solución práctica que no requiere ninguna inversión.
Para terminar, el método KonMari establece una serie de rutinas de mantenimiento muy útiles y sencillas de realizar, tales como vaciar el bolso al llegar a casa, mantener despejados la bañera y el fregadero o quitar las etiquetas y las cajas de la ropa nueva. Pequeños gestos que te ayudarán a tener la casa siempre en forma.
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