Rosa hasta en la sopa, o en la sopera, según se mire. Tal es su poder, que los seguidores de tendencias aseguran que es el nuevo negro de esta temporada y la que viene. Como bandera de liberación, a su valor estético hay que añadirle cierta reivindicación, especialmente durante este mes de octubre donde se convierte en todo un símbolo con motivo de la celebración del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama.
‘La casa de rosa’
Tomando prestado el título de la película ‘La chica de rosa’ nos rendimos a sus encantos. Se trata de un indiscutible icono de la modernidad y un verdadero 'as' en los estilismos punk de los 80. Por esto y muchos otros motivos, deja los prejuicios escondidos en el desván y apúntate a la fiebre ‘pink’. Lo tenemos claro, el vestido de Cenicienta tenía que haber sido rosa, lo sentimos querido azul, pero si por nosotros hubiera sido…
‘Pink inspiration’
Funciona en la moda, pero también en el hogar. Encaja a la perfección con estilismos nórdicos, con ambientes llenos de ‘glamour’, estancias minimalistas, espacios con aire pop o dormitorios románticos y delicados. Desde paredes hasta piezas principales o accesorios. Lámparas, cojines, ropa de cama o vajillas se rinden a su embrujo, conscientes de su poder y de su capacidad de transformación. El tono pastel es un buen aliado en habitaciones infantiles y en salones ‘très chic’. Superado el rosa 'quartz' de Pantone, uno de los colores del 2016, ahora el rosa se muestra sin prejuicios, demostrando que no tiene miedo a entrar en casa, ni siquiera en las viviendas masculinas. O el Barbie Girl, un tono solo apto para atrevidas, capaz de sacar los colores a más de una… ¡Y de uno!
‘Street style’: el triunfo del ‘Millennial Pink’
Lo verás en todas partes. Abarca las distintas gamas del rosa pastel (algodón de azúcar, asalmonado o empolvado), y ha conquistado las redes sociales y a la generación nacida entre los años 80-90. Por eso, no nos extraña su irrupción en el hogar, sin tener en cuenta la estancia. Totalmente renovado, se acerca a la gama de los neutros, mostrando mil versiones de un mismo color. Así, con un acabado satinado, lograrás un aire ochentero, muy efectivo. Para el dormitorio, el salón, el baño e, incluso, la cocina, los detalles te ayudarán a ir a la moda, sin crear un ‘total pink’.
Estilismos que funcionan
En solitario brilla con luz propia, pero acompañado no tiene rival. Con gris (oscuro y claro) es la serenidad en persona, muy usado en interiorismos nórdicos, logra un resultado equilibrado y elegante. Con blanco, todo un clásico en decoración, es un buen aliado en dormitorios con un punto romántico. Adora las maderas, las fibras naturales y hasta se atreve con el cobre.
Además, su versatilidad le permite combinar con colores y acabados, que a priori pueden parecer un imposible: mostazas (el ‘Gen-Z Yellow’ es otro de los colores que vienen), verdes y dorados se sienten a gusto en compañía del rosa. De la misma manera que los diseños geométricos y las flores le han tomado el gusto a este color.