El uno de julio de 1956, Marilyn Monroe y Arthur Miller se casaron en esta preciosa mansión de Waccabuc delante de unas 30 personas. La actriz, con un vestido de chifón beis, fue llevada al altar por Lee Strasberg –su profesor en el Actors Studio. Esta encantadora casa de estilo francés fue testigo del amor y la pasión entre ambos, solo hay que mirar las fotos del evento y releer lo que Marilyn escribió tras una de ellas: “Ojalá, ojalá, ojalá”. Aunque parecían felices, los cinco años de vida matrimonial están marcados por el desapego, la traición, la desilusión y el desencanto. La lectura por parte de Marilyn del diario del ganador del premio Pulitzer, donde mostraba su peor cara –y la de su pareja–, abrieron una brecha insalvable: pasó de ser su ángel a ser su demonio. Lo demás es parte de la historia. © TopTenRealState