Llena tu casa de un universo de paz y serenidad gracias a los mandalas, que puedes crear en platos decorativos, dejando volar tu imaginación con diseños y colores para decorar tu rincón favorito del hogar.
Un mandala representa la espiritualidad y tiene su origen en la India. Los budistas lo utilizan para meditar y es muy significativo, siendo un centro energético para purificarse. Tiene como principal figura el círculo, que es el símbolo del cosmos y de lo absoluto. Dentro del círculo hay otras formas y diseños que pueden ser círculos, triángulos, rombos… pero también se utilizan flores, hojas y similares. Todos están en torno al punto central.
Ya se trabaja con mandalas en diferentes terapias, tanto para niños como para adultos. Dibujar y pintar uno de ellos ayuda a relajarse mientras se está concentrado en el diseño. Además de lo anterior, da energía positiva.
Por eso, es una muy buena actividad para que realices en casa y logres un cambio por completo de la decoración, creando zonas especiales para descansar y sentirse mejor en los momentos de estrés. Y, además, un plato decorativo con un mandala pintado de vivos colores atraerá las miradas de tus visitas.
Cómo hacer un mandala en un plato decorativo
Para atreverse con algo diferente y que sea un plus de distinción, nada mejor que crear un mandala en un plato decorativo. Es un objeto que quedará muy bien en cualquier rincón de la casa, pudiendo colgarlo en la pared o apoyado encima de una estantería o mueble.
Para realizar tu propio mandala en un plato decorativos necesitarás un plato de cristal transparente, un diseño, pintura acrílica, esmalte para vidrio o rotuladores permanentes, pintura en 3D, cinta de carrocero y un pincel de pelo suave.
Para colorearlo, puedes puedes elegir entre varias opciones de pintura. Por un lado tienes la acrílica que es muy versátil para trabajar diferentes superficies y la especial para vidrio cuenta con una gama amplísima de colores. Pero también puedes optar por los rotuladores permanentes, que son perfectos para pintar el cristal. Da igual el tipo de pintura que escojas, pero tienes que tener todos los colores que vayas a utilizar.
Los pasos del proceso
Para empezar el proceso, limpia el plato con un algodón empapado en alcohol. Posteriormente, lo secas con un trozo de papel de cocina y ya lo tienes listo para comenzar con esta actividad.
Pega el dibujo de mandala que has elegido centrado en el reverso del plato con unos trozos de cinta de carrocero. Con la pintura 3D sigue el contorno del dibujo en el anverso con cuidado para que quede igual y perfecto. Esta pintura queda gruesa y en relieve, dando un bonito efecto.
Una vez que hayas terminado, quita el papel y deja secar el tiempo que recomiende el fabricante. Posteriormente, comienza a rellenar el contorno con las diferentes pinturas que hayas elegido. Utiliza primero un color y pinta todas las formas que llevarán esa tonalidad. Enjuaga el pincel y comienza con el siguiente, siempre sin sobrepasar el borde de la pintura 3D.
Solo te queda dejar secar muy bien el plato y colocarlo donde más te guste.