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Lo reconocemos en verano todo te molesta y el placer de pisar descalzo es… ¿Inigualable? ¡No! La pisada mullida y apetecible de una alfombra es una (dura) competencia. Eso sí, en esta época del año apetecen tejidos más ligeros y frescos. Hay que destacar el carácter artesanal de la mayoría. Hechas a mano con materiales naturales (o no) poseen el encanto de lo ‘hand made’.
Poder decorativo
A todas sus muchas ventajas hay que añadir su capacidad decorativa. Pon una alfombra en tu casa o en tu porche y lograrás transformarlo al instante. No necesitas nada más. Si no nos crees, echa un vistazo nuestra galería de imágenes o piérdete por las páginas de hola decoración.
Elegir el material
Las alfombras de fibras naturales, como el yute, el sisal o el bambú, son una de las mejores opciones, ya que son suaves, agradables y transmiten frescura. Además, se integran a la perfección en la decoración veraniega. Sin embargo, no soportan la humedad ni los rayos solares, por lo que deberás tener cuidado de su ubicación. Las de lana –has leído bien– son también para el verano: “Aunque no lo parece son perfectas, ya que aíslan tanto del frío como del calor. En el desierto, por ejemplo, las utilizan todo el año. Aunque nuestra tradición es distinta y es verdad que da la sensación de más frescor no tener alfombras o tenerlas más finas. Por eso, los kilims son ideales para casas de veraneo, ya que dan calidez, decoran mucho, pero, a la vez, son frescos”, aseguran desde Kilombo Rugs. Pero si hay un material que marca tendencia hoy en día y que arrasa en Pinterest o Instagram ese es el PVC. Las alfombras vinílicas están por todas partes. Versátiles, duraderas, a prueba de alergias, fáciles de limpiar y con un precio ajustado, son las verdaderas estrellas de los suelos, especialmente durante el verano. Además, se pueden personalizar y jugar con ellas a modo de puzle logrando diseños a la medida de tus necesidades, gustos y modas.
Tendencias veraniegas
Durante el verano suben los colores y se multiplican los estampados, especialmente los que tienen que ver con la naturaleza. Son diseños más atrevidos y alegres, como un soplo de aire fresco tanto para dentro como para fuera de casa. Resultan capaces por sí mismas de trasladar ese espíritu festivo y de relajación que trae consigo el buen tiempo. “Se lleva el verde, especialmente el greenery – que ha sido el color Pantone del año–. Los motivos vegetales y los patrones geométricos llevan tiempo de moda, pero mucho más en este periodo del año. Aunque nosotros te recomendaríamos que, al margen de las modas, uno tiene que hacer caso a sus gustos”, recomiendan desde Kilombo Rugs.
También para el exterior
Su presencia logra trasladar el ambiente interior al exterior y crear esa sensación de ‘hogar’–tan típica dentro de casa– al porche o el balcón, logrando, así, introducirse en la categoría de muebles de terraza o jardín. A la hora de elegir la alfombra de exterior es importante que, además de bonitas, sean ‘todoterreno’, capaces de resistir (y salir ilesas) las condiciones climatológicas, los rayos de sol y la humedad.
Entre las alfombras para decorar terrazas hay una que está ganando terreno, las de fibras sintéticas confeccionadas de forma artesanal y con el aspecto y el tacto muy naturales, o las de fibras vegetales con tratamientos impermeables, que les permite sobrevivir en cualquier rincón de nuestro jardín o terraza.
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