Cuando llegan las bochornosas tardes de agosto, apetece relajarse en un entorno fresco y cómodo, que no agobie y que sintonice con el ambiente. El salón es el lugar perfecto para descansar o para reunirse con amigos y, por ello, conviene hacer unos pequeños cambios cuando cambia la estación.
Dale a tu salón un toque de color
Los largos días de luz propios del verano invitan a disfrutar de un hogar más colorido. Colores como el verde, el azul o el amarillo son perfectos para esta época del año. Puedes emplearlos en paredes (si te animas a pasar la brocha), mobiliario (fundas del sofá, etc.) u objetos decorativos, como cojines.
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También es buen momento para hacerte con alguna pieza con estampados geométricos, florales o étnicos. No es cuestión de abarrotar la casa con estos motivos, sino centrarse en pequeños objetos como macetas o cestos, fácilmente manejables. Así los podrás retirar en invierno y volver a colocar al año siguiente.
Sustituye cortinas y alfombras
Normalmente, durante los días más fríos se está más cómodo y confortable con materiales gruesos, que aporten calor. En verano necesitamos justo lo contrario, materiales frescos que, ante todo, no te agobien. Por ello, hay que cambiar elementos como cortinas, alfombras o fundas del sofá para sustituirlas por otras confeccionadas con telas más ligeras y de materiales naturales.
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Elige cortinas de lino o algodón con algún estampado floral o tropical, y alfombras de fibras vegetales. Otra opción es cambiar las cortinas invernales por estores individuales, de tal manera que puedas manejarlos independientemente en cada ventana. Puedes comprarlos de madera, de fibras vegetales…
Dale una oportunidad a los materiales naturales
Un salón de paredes blancas, suelo de barro y vigas de madera en el techo es sinónimo de verano. Si, además, se completa de un sofá con fundas de lino y objetos de mimbre, cuerda o esparto, no hace falta más. Y es que los materiales que nos proporciona la propia naturaleza son los más idóneos para lograr el máximo confort en jornadas calurosas.
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Refresca el ambiente con plantas y flores
Deja que el color verde inunde tu salón con plantas distribuidas por varios rincones. Planta diversas especies en macetas y, por supuesto, elabora ramos de flores combinadas con hojas, dando un toque de colorido y alegría al ambiente. No olvides tampoco hacerte con alguna vela aromática, así crearás un entorno intensamente agradable, en el que podrás disfrutar leyendo, tomando una copa de vino o, simplemente, relajándote en el sofá.
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Fusiona el interior y el exterior: une salón y terraza
Por último, si tienes la suerte de que tu salón conecta con una luminosa terraza, lo primero que deberías pensar es en grandes ventanales que se puedan retirar en verano y te permitan unir los dos espacios. Entrará el fresco más fácilmente en tu salón y, si quieres pasar una noche con tus amigos, el área será lo suficientemente amplia para disfrutar más tranquilamente.
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