Quizás debamos empezar por el principio, por la diferencia entre retro y ‘vintage’. Se utilizan (casi) de forma aleatoria, si bien se trata de conceptos diferentes, aunque ambos imprimen personalidad a cualquier ambiente y recuperan el encanto de una pieza especial, permitiendo que no pierdan su valor estético y funcional.
Conceptos claros
Lo ‘vintage’ hace referencia a todos los muebles entre 1920 y los 70. Son, por lo tanto, piezas originales de alta calidad (éste es un requisito imprescindible) que han sobrevivido al paso del tiempo, aunque con ‘heridas de guerra’ (arañazos, golpes…) que, lejos de reducir su valor estético, lo elevan. Son muebles únicos, por su calidad, material o realización. Por su parte, los muebles retro, poseen ese aire antiguo y se inspiran en el pasado, pero son nuevos. Por eso, hayas recuperado una reliquia familiar o comprado una pieza inspirada en los 50, los 60 o los 70, déjate llevar por la nostalgia y busca tu propio espíritu ‘vintage’.
Regreso al pasado
Se trata de una tendencia que engancha, porque las piezas poseen un ‘no sé qué’ irresistible, al que es difícil decir que no. Por eso, aunque puedes llevar este estilo al máximo, tampoco hay que abusar. Se trata de personalizar, no de trasladar tu casa al siglo pasado y convertir tu vivienda en un museo o en un espacio artificial, por lo perfecto del conjunto. Lo ideal es que incorpores pinceladas (desde una silla hasta una lámpara o un adorno) y que las integres en tu decoración, para que formen parte de él. Una buena opción es combinar piezas originales con nuevos diseños inspirados en esas décadas, así todo respirará autenticidad. Tampoco pienses que es un estilo clásico y aburrido, ya que, aunque no lo creas, resulta tremendamente moderno y actual.
Sus puntos fuertes
El estilo retro es tremendamente funcional, pero también con carácter y lleno de energía. Debe ser bonito, pero sin perder su utilidad. El color es una de sus señas de identidad más definidas. Puedes encontrarlo en los muebles, sobre un fondo blanco, o jugar con tonos intensos en las paredes y optar por un mobiliario más sobrio. La madera es el material estrella de esta tendencia, aunque no es raro verla mezclado con cuero o plástico. Respecto a los estampados, este estilo tiene debilidad por los motivos florales y los geométricos, que se mezclan sin miedo a caer en lo hortera. Mientras que las curvas son su forma de expresión más habitual. Patas torneadas, mesas curvas, sofás que parecen arroparte… ¡Vivan las redondeces!
Acompañantes con derechos
El papel pintado te permite crear una atmósfera ‘vintage’ sin apenas ningún otro elemento. Esta reinterpretación del pasado en la pared es una de las tendencias que más fuerte están pegando –no olvidemos que los papeles viven una época de esplendor–, logrando integrarse a la perfección en ambientes modernos o con mobiliario actual.
Si hay alguna pieza que nos permita viajar en el tiempo solo con mirarla es el mueble bar. Muy elegante, viste nuestros espacios con un marcado acento práctico. Además, ¿quién puede resistirse a este toque tan ‘gentleman’? Mientras que accesorios, como lámparas y objetos tecnológicos retro como una radio o un tocadiscos, siguen siendo buenos aliados a la hora de reproducir estos ambientes.