El pasado siempre vuelve. Este siglo XXI así lo demuestra, con continuas vueltas a la historia en innumerables industrias: en la moda, en la decoración, en el cine, en la literatura… incluso en la alimentación. En este mundo tan rápido y tecnológico que vivimos, parece que encontramos refugio en un universo pasado, que a veces parece más real.
De ahí que las tiendas de segunda mano tengan un futuro prometedor y las firmas que se inspiran en las líneas y estéticas antiguas provocan furor allá donde vayan. Es, quizá, muy paradójico que sea la nostalgia la que impulse el consumo de una gran cantidad de gente joven que no han vivido los ambientes que ahora buscan recrear.
¿Qué es lo 'retro' y qué es lo 'vintage'?
En este contexto, surgen dos términos que, si bien se usan normalmente para referirse a lo mismo, se refieren a dos realidades distintas.
En primer lugar, lo vintage se referiría a aquellos elementos, objetos o diseños que se elaboraron o confeccionaron en el pasado y que se han recuperado para su uso hoy en día. Los vestidos que se encuentran en las tiendas de segunda mano, los muebles que aparecen en los mercados de antigüedades… encajarían en el marco definido por el término vintage.
Por su parte, lo retro alude a aquellos objetos o diseños que, si bien estéticamente señalan a otros momentos ya pasados, su construcción o elaboración es actual. Cuando una firma de moda decide dar protagonismo en su última colección a los años veinte o cuando una casa decorativa diseña neveras que recuerdan a las típicas americanas de los años cincuenta o sesenta, lo que hacen realmente es vender objetos retro.
¿Qué triunfa en decoración: lo 'vintage' o lo 'retro'?
Es innegable que muchas de las tendencias que impulsaron la decoración de interiores en el pasado siglo están más en boga que nunca. Paredes, suelos, mobiliario… vuelven los materiales antiguos (baldosas geométricas desgastadas), las líneas más depuradas de los años sesenta, etc.
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Asimismo, los objetos decorativos de otras décadas vuelven a tener presencia en nuestras casas, como las máquinas de coser antiguas, las planchas de hierro… Puede que no mantengan su objetivo original pero sí que se han alzado como adornos protagonistas en cualquier hogar con nostalgia que se precie.
Si lo vintage triunfa más que lo retro o viceversa depende realmente de los bolsillos. No podemos negar que adquirir ciertas piezas vintage de calidad puede suponer un desembolso importante en comparación con los objetos retro. Por ello, lo que cabe destacarse es que la tendencia está en la nostalgia, en la vuelta al pasado. El cómo se haga, lo decidirán los dueños de los presupuestos.