Hoy comemos en el jardín: ¿quieres saber cómo montar la mesa ideal?
Claves para crear un comedor al aire libre lleno de estilo, capaz de adaptarse a los diferentes momentos del día y a cualquier evento.
El buen tiempo da el pistoletazo de salida para ampliar los dominios de la casa al exterior y empezar a disfrutar de las buenas temperaturas. El comedor se traslada fuera, dispuesto a dar servicio cada momento del día y en cualquier situación. Desde un desayuno de domingo hasta un ‘brunch’ con amigos, comidas familiares, barbacoas multitudinarias o fiestas para celebrar algún evento.
Según la situación
Lo bueno que tiene el jardín o la terraza es que los metros crecen por arte de magia, ofreciendo un sinfín de posibilidades. Así que no los desaproveches y logra que ese reducto de paz, que es el exterior, se acomode a tus necesidades.
Ubicación ideal
Coloca la zona de comedor cerca de la salida al exterior. De esta manera, será mucho más cómodo y podrás ir a buscar las cosas a la cocina más fácilmente. Para que puedas usarla tanto al mediodía como por la noche, es importante que tenga sombra. Para ello, sitúala en un porche cubierto o coloca una pérgola o una sombrilla, que te proteja tanto de las horas solares más fuertes como del viento nocturno. Además, esta solución delimita visualmente el comedor, otorgándole independencia del resto de los ambientes. Si puedes, y estás dispuesta a hacer alguna obra, coloca un pavimento antimanchas o fácil de limpiar, para no tener que preocuparte si se cae algo.
Elementos básicos
Elige la mesa y las sillas en función de los metros y del espacio, sin olvidar tus costumbres, especialmente si eres la anfitriona perfecta y tu casa en verano parece un hotel. Respecto a la forma, piensa que las rectangulares permiten más comensales a la mesa si lo precisas y que en terrazas pequeñas, los modelos redondos dan más juego. La madera, el acero y las fibras (naturales y sintéticas) son buenas opciones para el exterior. Si quieres darle un aire más rústico, la última tendencia son las mesas con el sobre de azulejos.
No te compliques a la hora de elegir las sillas. Ten siempre un kit básico de jardín de 4 o 6 y un set de emergencias, con modelos plegables o apilables, que te saquen de más de un apuro. Es importante que cuentes, además, con una superficie de apoyo, como un carrito o un mueble auxiliar que te permita desahogar la mesa.
Vestida para la ocasión
¿Mantel o no mantel? Esa es la cuestión. Lo cierto es que la etiqueta de fuera se relaja suficiente, adaptándose a las circunstancias y creando mesas que cambian de escenario. Desde un mantel de lino o algodón en blanco, fácil de combinar con el resto de elementos (vajilla, cristalería y cubertería) hasta diseños llenos de color, que crean mesas atrevidas y con personalidad. Los caminos de mesa y los bajoplatos son también buenas alternativas.
La elección de la vajilla es fundamental, ya que debe integrarse en el estilo del entorno y adaptarse a la ocasión. Y, aunque los últimos modelos de plástico son sumamente atractivos, seguimos rindiéndonos a la porcelana, porque el estilo no se va de vacaciones. Puedes elegir un modelo neutro, que encaje fácilmente o decidirte por otro más inspirador. ¡Todo vale! Procura que la cristalería vaya a juego y si quieres mayor armonía, combínala con los cojines de las sillas.