Pintar un mandala es una actividad relajante que te ayuda a recuperar el equilibrio espiritual, es decir, la tranquilidad, por medio de diferentes técnicas con las que se desarrolla la capacidad de la paciencia, la de la intuición, tus sentidos se despiertan y, de esta manera, consigues fortalecer la coordinación, la expresión y el desarrollo mental. Sin duda, una magnífica elección para cuando necesites relajarte.
Busca un lugar tranquilo y elige una de las dos técnicas para pintar mandalas
Antes de ponerte con estos dibujos para pintar, ya que lo que buscas es un absoluto estado de relajación, lo más apropiado es que te acomodes en una estancia apacible, aireada e iluminada de tu hogar, que además cuente con todo lo necesario para colorear mandalas. Para ello, te recomendamos emplear los clásicos lápices de colores de toda la vida, ceras, rotuladores o, incluso, acuarelas. Una vez te pongas a pintar, lo más importante es que te sientes y te concentres única y exclusivamente en el mandala.
Colorear un mandala es muy sencillo y desahogado, puesto que no requiere ningún tipo de habilidad para la pintura. Eso sí, para que el resultado quede vistoso, te aconsejamos que busques dibujos para pintar que vengan con los contornos delineados. Así te será mucho más fácil colorear el relleno. Para pintar un mandala se utilizan, generalmente, dos técnicas principales:
- De fuera hacia dentro: se dice que, de esta manera, iniciarás un camino hacia tu centro espiritual, que te llevará a contactar con tu subconsciente.
- De dentro hacia fuera: con este sistema podrás exteriorizar tus emociones, sobre todo las que te oprimen y no te permiten avanzar.
Y... ¡ya está! porque estas técnicas son las únicas nociones que necesitas para pintar un mandala. Una vez decidas lo que quieres conseguir, lo siguiente es que te dejes llevar por tu intuición. De hecho, el secreto de la efectividad de los mandalas radica en liberar la mente y concentrarse únicamente en el dibujo, ya que, a continuación, llegará la tranquilidad y el relax que buscas.
Contempla el mandala una vez termines de pintarlo
Como el primer objetivo de estos dibujos para pintar es la sanación espiritual, las destrezas artísticas es mejor dejarlas aparcadas. Así, los colores que emplees estarán relacionados con tu estado de ánimo o con lo que te apetezca en cada momento, no con crear una gran obra de arte. Además de las mencionadas técnicas, solo existe un criterio para pintar un mandala y es disfrutar mientras coloreas y visualizas las formas y contrastes que surgen. Recuerda al pintar que no hay feos ni bonitos mandalas, solo tu alma expresándose.
Una vez que termines de pintar el mandala, llega el momento de contemplar todo el dibujo y disfrutar de las combinaciones de colores empleados y todo el torrente de sentimientos que representan.
Como has podido ver, estos dibujos para pintar son asequibles para todo el mundo, ya que la concentración, tranquilidad y libertad a la hora de escoger colores son los únicos trucos para que pueda invadirte ese anhelado estado de paz y relajación. ¡Haz la prueba!, es un sistema que no falla.