Pintar mandalas es una de las múltiples técnicas de relajación orientales más conocidas. Es una fantástica manera de despertar nuestros sentidos y estimular la creatividad. ¿Un juego de niños? En absoluto, te darás cuenta que cuando dispongas de estos mandalas, comprobarás que hay algo de magia bajo esas formas geométricas. Pero, ¿cómo debes colorear mandalas?
Los mejores mandalas para imprimir
En primer lugar, observarás que existen mandalas para todos los gustos. A la hora de elegir los mejores mandalas para imprimir, te recomendamos que sigas estas tres pautas:
- Si es tu primer mandala, lo ideal es elegir uno que tenga las formas grandes.
- Las figuras pequeñas son perfectas para aliviar el estrés o el cansancio.
- Las formas circulares de los mandalas aumentan el estado de ánimo.
A partir de aquí, solo te queda elegir los colores y dejar volar tu imaginación. Puedes pintar mandalas con los lápices de colores de toda la vida, con ceras, acuarelas, rotuladores, etc. No le des muchas vueltas precisamente a los tonos. Decídete por el que quieras y lánzate a pintar, sin grandes reflexiones. Lo importante es dejarse llevar y no pensar demasiado.
Técnicas especiales para pintar mandalas
Tradicionalmente, hay dos técnicas especiales para pintar mandalas:
- Pintar el mandala desde fuera hacia dentro: es una forma de expresar que queremos centrarnos y buscar nuestro centro.
- Pintar el mandala desde dentro hacia fuera: aquí lo que se desea es exteriorizar las emociones, mostrar cómo nos sentimos en ese momento.
De todas formas, independientemente de la técnica que se utilice es necesario que la mente esté concentrada en el dibujo. Esta técnica especial sí que resulta importante para poder centrarnos en el mandala y olvidarnos de todo lo que se halla a nuestro alrededor. Por eso, habrá que escoger un lugar tranquilo y apacible para sentarnos y colorear.
Es muy importante tener plena sensación de libertad a la hora de colorear un mandala. Especialmente cuando llevamos ya unos cuantos dibujos. Lo cierto es que se puede decir que cada mandala transmite sensaciones diferentes, tanto por sus formas como por los colores elegidos, los contornos rotulados, etc.
Una vez que hayas acabado de colorear el mandala, puedes detenerte un momento a contemplarlo. Lo importante es fijarse en los colores, las formas, recordar cómo lo hemos dibujado y por qué hemos elegido precisamente esos colores. No hay que ser perfeccionista al pintar, sino simplemente liberar la mente y disfrutar del trabajo.
En definitiva, tu estado de ánimo será el que te indique los colores que debes utilizar. Estos tienen unos significados especiales que te ayudarán a conseguir la tranquilidad, la relajación y la meditación necesarias. Si dispones de mandalas para imprimir, haz la prueba y sumérgete en la magia de colorearlos.