Si te encanta lo rústico, pero no quieres una casa de campo en plena ciudad, éste es tu estilo. La clave de su éxito está en buscar el equilibrio entre toques modernos y la esencia campestre, que lo rejuvenece y otorga contemporaneidad.
Un soplo de frescura
Lo realmente bueno de este estilo es su capacidad para imprimir un toque de relax y paz, en ofrecernos la posibilidad de sentirnos en plena naturaleza, sin salir de casa. No es preciso cambiar todo de arriba abajo, sino de dar un soplo de aire fresco (y natural) a tus estancias, aportando calidez a los interiores más contemporáneos. Porque sí, el rústico ‘chic’ es apto para todas las estancias, incluidos el baño y la cocina.
Cuestión de materiales
Naturales, por supuesto. La madera, el mimbre, el ratán o la piedra, junto a textiles, como el algodón, el lino o el cuero, son buenos aliados para crear atmósferas que evoquen el campo. A su lado, la cerámica es uno de esos materiales recurrentes, que pueden dar mucho juego en este tipo de ambientes. Para combinarlos nada mejor que accesorios con aspecto desgastado, que parezcan haber vivido innumerables experiencias. Como se trata de un estilo tranquilo y lleno de frescura, debe apoyarse en tonos claros y naturales, incluso pasteles, y jugar, a modo de contraste, con pinceladas más intensas y de alegres colores, otorgándole un aire más contemporáneo.
¡Flores hasta en las telas!
Las flores y las plantas son obligatorias en este estilo, ya que atrapan la naturaleza para el interior de la casa. Y cuando hablamos de flores, incluimos los motivos florales de las telas, uno de los recursos más significativos de esta tendencia. Solo ‘un pero’ a esta pasión exterior: debe usarse con prudencia. No se trata de convertir las estancias en un escenario salvaje sino de jugar con la versión más romántica y relajada, aquella que resalta el carácter tranquilo del estilo. Por eso, flores, sí, pero en su justa medida.
Toques encantadores
Líneas afrancesadas, textiles florales, tonos neutros, elementos ‘vintage’ y obras artísticas del siglo XXI son algunos de los elementos que nos ayudarán en nuestro camino. Tanto si se trata de un rústico nórdico, inglés o ‘vintage’, puedes apostar por incluir piezas contemporáneas, incluso a mezclar estilos diferentes, siempre que mantengas el equilibrio y no pierdas la esencia campestre. Ten en cuenta que el rústico ‘chic’ es menos oscuro y más sencillo, aunque recurramos a suelos de madera y muebles macizos. Procura aligerar la carga con cierta contención en el número de muebles, para favorecer una atmósfera tranquila.
La combinación de texturas y acabados es otra de las señas de identidad de este ‘look’. Y como broche final, incorpora a las estancias un toque mágico, que aporte sofisticación. Una lámpara de cristal, un espejo labrado, unos candelabros dorados… Son perfectos para este estilo, lleno del encanto y la belleza que otorgan la sencillez y la naturaleza.