El término mandala significa “rueda o círculo” en sánscrito y tiene su origen en La India. Estas elaboraciones son utilizadas, sobre todo, en el hinduismo y en el budismo, ya que evocan representaciones del macrocosmos y microcosmos, concebidas siempre desde un punto de vista totalmente espiritual. Sus beneficios son rápidamente apreciables por quellos que practican la meditación.
Además, junto a sus múltiples beneficios en el campo de la meditación, también están siendo empleados en numerosas referencias decorativas dentro del hogar y como uso personal.
¿Para qué se utilizan los Mandalas?
En primer lugar, tenemos que tener en cuenta que la utilización básica de los Mandalas, sobre todo para los budistas, es la meditación. A través de la observación de sus múltiples formas y tratando de conseguir un estado pleno de calma, dejando la mente en blanco, crean una conexión directa entre el hombre y la divinidad.
Por lo tanto, los Mandalas son un reconocible punto energético que ayuda al hombre a conseguir un equilibrio espiritual y a purificar su alma.
En la actualidad, habrás tenido la oportunidad de observar que, cada vez más, se pueden adquirir en numerosos establecimientos. Incluso, se han editado gran cantidad de libros y recopilaciones de Mandalas dibujados en blanco, en los que los niños (y los no tan niños) pueden colorear cada una de estas figuras. Además, esta acción sirve como terapia y relajación para las personas que deciden ponerse manos a la obra, presentándose como una afición muy saludable.
Principales formas de los Mandalas
Aunque, principalmente, los Mandalas mantengan una forma básica y regular, pueden realizarse con muchísimas formas geométricas más. Habitualmente, lo más común es que aparezcan dentro de un gran círculo en el que también se incluye una forma cuadrangular. Además, también existen variaciones a la hora de realizar estas representaciones dependiendo de la cultura. Por ejemplo, en la hinduista, destacan más los yantras lineales, mientras que en la budista, llaman más la atención las propias figuras.
Lo que sí es común es que la estructura de los Mandalas parte de los ejes cardinales, creando varias regiones o secciones. Teniendo en cuenta todas las figuras que invaden un Mandala, las interpretaciones en cuanto a significado pueden ser muy variadas. Algunas de las formas más utilizadas son el triángulo (vitalidad, transformación), los círculos (seguridad y verdadero yo), el cuadrado (estabilidad y equilibrio), la espiral (hace referencia a ciertas energías que son capaces de curar), la mariposa (símbolo de renovación del alma) o el pentágono (que mantiene en contacto el cuerpo humano y los elementos de la tierra, el fuego y el agua), entre otros.
Y, ¿cómo son los colores esenciales de un Mandala?
Los colores también son protagonistas en el significado del propio Mandala, por lo que el cromatismo permite alcanzar diversas metas concretas a la hora de meditar. Por ejemplo, el color negro significa tristeza y misterio, el rosa representa la dulzura y la serenidad, el amarillo la luz y la calidez o el blanco, que se sitúa como el mejor aliado de la perfección y purificación. El abanico de posibilidades en cuanto a colores es inmenso, tan solo tendrás que atreverte a dejar volar tu imaginación, dando rienda suelta a tu creatividad.
La presencia de los Mandalas en otras culturas
Los Mandalas no solo están recogidos en las creencias hinduistas o budistas, sino que también se pueden observar como protagonistas en otras culturas. Por tanto, son visibles y rápidamente reconocibles, en laberintos de iglesias góticas, las chacanas andinas o los diagramas o atrapasueños indios. Además, en ciertos rituales mágicos también se ha descubierto la presencia de círculos con el objetivo de separar los espacios profanos de los sacros.
Ya sea para decorar, para aliviar el estrés de tu día a día coloreando, o simplemente, dejando tu mente libre mientras los observas, la introducción de los Mandalas en tu hogar es, sin duda alguna, una gran elección… ¡y además, son preciosos!