El invierno parece que nos abandona, y no solo por las fechas, sino porque las temperaturas empiezan a subir y el sol se asoma ya en muchos lugares de España, sin ninguna timidez. Este cambio de estación implica acomodar la casa y prepararla con una decoración más fresca, capaz de hacer frente al termómetro.
Cambio de estación
La decoración primaveral tiene la capacidad de elevar el ánimo e inyectar a los espacios una dosis de energía extra. Llega el momento de quitar las gruesas alfombras y o bien desnudar los suelos o bien vestirlos con un modelo más refrescante; guardar las mantitas sobre el sofá; quitar las pesadas cortinas y sustituirlos por visillos o caídas más ligeras…
Busca la luz
Abre las ventanas y deja que el sol llegue a todos los rincones y demuestre su capacidad para dar alegría y lanzar rayos de vitalidad. Para potenciar la luminosidad y sus beneficiosos efectos, opta por una decoración más ligera, que refresque y baje los grados con su sola presencia. Maderas claras, tejidos ligeros y naturales, como linos y algodones o fibras vegetales son algunos de los recursos más eficaces para dar la bienvenida a la primavera. Otra buena idea es ampliar la casa y tomar prestados los metros de la terraza o el porche. Una conexión que te permitirá disfrutar durante más tiempo del exterior y sacar más partido a estos espacios.
En pleno bosque
Hacemos nuestra la frase final de la película ‘Un funeral de muerte’: “Qué verde está todo”. Esa es la sensación que debes tener en tu casa estos meses. Contágiate del paisaje exterior y coge prestado la belleza, frescura y vitalidad de las plantas y flores. Son una de las mejores maneras de lograr el espíritu primaveral, sin necesidad de cambiar tu decoración de siempre. Basta con colocar una maceta en una esquina, sobre la ventana o un mueble o situar un centro o un ramo en la mesa de comedor, el baño o la repisa de la chimenea. Pinceladas de verdor que ‘atrapan’ el exterior y lo convierten en tu mejor aliado decorativo.
Una inyección de vitaminas
La primavera es color, por eso no tengas miedo a usarlo. Las más atrevidas pueden optar por tonos ácidos, una inyección de vitamina, o por colores intensos, como azules, rojos o amarillos, llenos de fuerza visual. Mientras que si tu atrevimiento tiene un límite, rodéate de crudos, neutros y pasteles. Son tremendamente cálidos y refrescantes.
Con ‘swing’ femenino. Y no solo porque hoy sea el Día Internacional de la Mujer, sino porque lo queramos o no, los estampados florales y el color rosa en todas sus versiones y aplicado tanto en objetos como paredes y telas forman parte del universo decorativo femenino. Estos dos gestos ‘muy de chicas’ son perfectos para llenar tu casa de espíritu primaveral. Eso sí, tampoco te pases, has de aplicar ligeros toques en rincones de tus estancias. Siempre sutiles, pondrán una nota romántica, tremendamente primaveral.