Cuestión de estilo: cómo conseguirlo para tu casa
Ponemos en juego a todos los ‘actores’ decorativos que te ayudan a crear espacios con ‘alma’, creados a imagen y semejanza de tu personalidad. El encanto no entiende de modas.
Lo tienes o no lo tienes, quizás todo se reduce a eso, o… ¿Quizás no? Podríamos diferenciar entre el estilo innato que tienen algunas personas y otro que no se posee, pero que se puede aprender. Ante todo, para lucirlo debes de encontrarte cómodo con él y encontrar el tuyo propio. Ese que te sienta bien a ti y a tu vivienda, pero que no garantiza un éxito absoluto en otra persona.
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Tu casa y tú
Se trata de moldear el gusto, no de disfrazar tus estancias con las últimas tendencias, las piezas de diseño más caras o la obra del artista del momento. ¡Stop! Recapacita, piensa, mírate e intenta hacer de tus espacios lugares que tienen que ver contigo, en los que cuando alguien entra, no duda en decir: Está claro, tu casa no podía ser de otra manera.
Elegancia y distinción
No vamos a tratar de mostrarte tu propio estilo, sino a ‘desmelenarte’, dar rienda a tus pasiones y, de paso, encontrar esa forma de entender la casa con la que te sientes conectada. Sería fácil hablar de lienzo en blanco, pero lo cierto es que pocas viviendas no vienen con una carga detrás. Puede ser arquitectónica (molduras, columnas…), sentimentales (los muebles heredados que siempre van contigo, el regalo de tu hijo pequeño…) y funcionales (trabajas en casa y necesitas un espacio ‘limpio’). Se trata de hacer hueco de forma natural a todas esas cosas que construyen lugares con personalidad, tocados con la varita del ‘charme’ francés.
Capacidad para conmover
Pero también para sorprender y no dejarnos indiferentes. Los accesorios, textiles y piezas secundarias nos ayudan a dotar a nuestros ambientes de estilo (‘of course’), pero también de vida, de ‘alma’. En ocasiones basta con un color que destaque del resto, ni siquiera tiene que ser protagonista ni desviar las miradas, simplemente aporta a la atmósfera su propio toque especial; otras es suficiente con cambiar lar cortinas o poner dos cojines más en tu sofá. A veces no tienes que hacer tu casa a imagen y semejanza, especialmente si vives con tu pareja, familia o amigos, pero si que puedes crear tu propio refugio, ese en el que eres tú misma. Puedes recargar el cuarto con flores, apostar por el rosa hasta en la lámpara de noche, colocar los libros en el suelo, como pequeñas montañas…
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Más que detalles
En el camino podemos encontrar grandes ayudantes, que nos ayudan a encontrarnos y a dar pinceladas de estilo. Los textiles, en sus diferentes formas (cortinas, colchas, cojines, mantas…), son unos de los grandes aliados para dotar de estilo nuestras estancias. A su lado, plantas, jarrones, velas, fotos y cuadros ofrecen calidez y un broche perfecto para cualquier ambiente.
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Dejar entrar al buen gusto en cuestión de estilo, puede inducir a error porque entramos en un terreno subjetivo, aunque en una de las acepciones de estilo que encontramos en la Real Academia Española se encuentra la de “gusto, elegancia o distinción de una persona o cosa”. Sea como sea, la clave está en no disfrazar, sino en mostrar tu verdadera naturaleza.