La decoración navideña posee (como te hemos ido mostrando estos días) distintas caras, que pueden apostar por lo tradicional o ir mucho más allá del árbol o el belén. Lo cierto es que cada vez más a menudo se prescinde de estos elementos y se apuesta por adornos más versátiles y funcionales, que aporten calidez, pero sin recargar.
Cierta (y necesaria) extravagancia
Se trata de mantener el espíritu vivo de estas fechas, pero dándole la vuelta a los adornos de siempre o introduciendo elementos diferentes. Cada una debe elegir el estilo en el que se encuentre más cómoda, porque sólo así podrás crear una escenografía estilosa y con personalidad. No se trata de poner todo lo que tengas en casa, sino de buscar un nexo de unión, un tema o un color y alrededor de él, montar el resto. Convierte lo excéntrico en una virtud.
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Sí a lo clásico, pero…
¡Con estilo propio! Si eres de las que no quiere renunciar a los adornos más típicos, siempre puedes buscar alternativas y optar por cosas divertidas, llenas de personalidad. “El uso de la luz, por ejemplo, es uno de los detalles más importantes a tener en cuenta. Se pueden utilizar pequeñas hileras para decorar la mesa, resaltar cualquier rincón especial de la casa o darle un toque navideño a cualquier planta bonita, sin que tenga que ser un abeto”, señala la interiorista Sandra Marcos.
Una estética diferente
Que te permite improvisar y dar rienda suelta a tus pasiones. ¿Quién ha dicho que el rojo y el verde son los colores navideños establecidos? Si te gusta el rosa o el amarillo, adelante, también tienen cabida en la ‘deco’ de esta época. Si eres amante de los brillos y el ‘glamour’, no pueden faltar el oro y el plata en alguna de tus escenas, como la mesa o el árbol. Lo ‘kitsch’ también encuentra su hueco, dando protagonismo a piezas (casi) imposibles de ver. Tampoco podemos olvidar el aire ‘vintage’ o el poder del negro, a los que se les puede hacer un hueco en determinados adornos, centros o arreglos. Lo importante para el éxito es desafiar lo establecido con un estilo con el que te sientas cómoda, que sea o lo hagas tuyo. No se trata de ‘disfrazar tu casa, sino de otorgarle carácter y personalidad.
El tierno toque naíf
Estas fiestas son unas de las preferidas de los más pequeños de la casa, así que ¿por qué no contagiarte de su inocencia y de su forma de ver el mundo a la hora de decorar tu casa? Deja salir al niño que llevas dentro y apuesta por una decoración divertida, ecléctica, llena de guiños a personajes y sin miedo al color o al exceso. Este estilo es perfecto para decorar el dormitorio, pero también para un rincón del salón o de la cocina.
Nos encanta su originalidad, pero nos conquista por su suavidad y su ternura. Copia su estilo, coloca en su sitio de honor sus manualidades y dibujos navideños y ríndete a su magia, sin concesiones a lo que establece el buen gusto. A veces, la inocencia debe dirigir tus pasos.