En una época donde el cuidado del cuerpo y el ejercicio físico son parte de la vida cotidiana, preparar una zona de gimnasio puede ser una buena idea, especialmente para todas aquellas personas que apenas tienen tiempo libre, no disponen de un centro cerca de casa o les puede la pereza. Si lo tienes en casa, se acabaron las excusas.
Ejercicio en tu vivienda
Es más sencillo de lo que parece y no necesitas tantos metros como puede parecer. En principio, con 10 metros cuadrados es suficiente. Puede dedicarse una habitación a este fin o compartir ambiente con el dormitorio o el baño. A la hora de encontrar la ubicación perfecta, piensa que debe tener buena luz, una ventilación idónea y, a ser posible, estar cerca de un área de relax. Después vendrá la elección de las máquinas, pero esto es relativamente sencillo, gracias a la oferta de las ‘líneas home’, que los fabricantes ponen a tu alcance. Se trata de propuestas de tamaño más reducido, eficientes y de fácil mantenimiento.
Condiciones óptimas
La luz natural es un valor añadido porque, aunque es frecuente usar una planta baja o un garaje, lo cierto es que practicar ejercicio con vistas al exterior es mucho más agradable, además de recargar las pilas. Eso sí, hay que tener cuidado para evitar deslumbramientos ni reflejos sobre las máquinas. Otro de los requisitos importantes es la ventilación, ya que el aire debe renovarse a menudo, para no aumentar la cantidad de hidróxido de carbono. Si es posible, elige un espacio con ventana. El tipo de pavimento es otro factor a tener en cuenta, por seguridad y comodidad.
Aunque hay suelos especiales para este tipo de espacios, puedes optar por un parquet, un laminado o uno de linóleo, que sea resistente, de fácil limpieza y pisada cómoda. ¿Y los espejos? No son necesarios, aunque ayudan a corregir posturas y sabemos que suelen crear adicción.
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A toda máquina
Pero sin pasarse. No se trata de llenar tu espacio con aparatos y más aparatos, que no te permitan moverte ni tirar una colchoneta al suelo, para practicar tus ejercicios de yoga. El mercado ofrece una variedad enorme, con modelos que trabajan todas las zonas. Por eso, lo ideal es que adquieras aquellas máquinas que usas habitualmente en el gimnasio o que te ayudan con tus objetivos. En primer lugar, hazte esta pregunta: ¿qué quiero conseguir? Perder peso, ponerme en forma, tonificarme, adquirir musculatura, reducir el estrés… Y a partir de ahí, selecciona la máquina o máquinas que mejor se adapten a ello.
Minutos en el ‘spa’
Es importante, además de un placer confesable, terminar la sesión de entrenamiento con una visita a la zona de relax. Hace unos cuantos años que el cuarto de baño ha dejado de ser sólo una estancia para la higiene personal y se ha convertido en un espacio para el bienestar y la relajación, donde se cuida el cuerpo y se obtienen grandes beneficios para la salud.
Desde una columna con hidromasaje hasta una cabina, que puede incorporar baños de vapor, hidromasaje, aromaterapia, dispensador de aceites esenciales, música… O incluso, si el espacio te lo permite, una sauna o un baño turco: ahora hay modelos compactos, que van simplemente enchufados.