Ir al contenido principalIr al cierre de página
casa zest 5

Decoración de interiores

Una casa del siglo XXI con sabor 'vintage'

Original, elegante, bella... Esta vivienda, que mira al Tibidabo, aúna las comodidades de las construcciones modernas con la esencia y el encanto del pasado.


14 de octubre de 2016 - 12:56 CEST

¿Se puede adaptar un espacio a los nuevos tiempos respetando, al mismo tiempo, la esencia y la historia de un lugar? ¡Sin duda! Sólo hay que contemplar la transformación de esta casa que han realizado Co Govers y María Matamala, de Zest Architecture.

Aires de los 50

Diseñada en los años 50 por el escultor e interiorista Enric Clusellas, el interior era una muestra de riqueza y creatividad a partes iguales, con acabados originales, como paredes de madera; huecos y pequeños armarios escondidos; colores vivos… Sólo tenía un pero, el mal estado en el que se encontraba. Sin embargo, esto no desanimó a los propietarios, incluso se puede decir que fue amor a primera vista. Las premisas que les dieron al estudio de arquitectura fue realizar una rehabilitación completa y convertirla en una casa cómoda y del siglo XXI, pero sin perder en el camino su encanto e historia.

Lee: Fusión perfecta: tradición y modernidad para definir espacios

El suelo de roble en espiga aporta calidez y elegancia al gran salón-comedor, 'vestido' con un mobiliario en el que se combinan piezas 'vintage' con otras de diseño. © Eugeni Pons
El suelo de roble en espiga aporta calidez y elegancia al gran salón-comedor, 'vestido' con un mobiliario en el que se combinan piezas 'vintage' con otras de diseño. © Eugeni Pons

Confort y eficiencia

Con unas vistas inmejorables de Barcelona, desde donde se contempla el Tibidabo, esta vivienda con 355 metros cuadrados, distribuidos en cuatro plantas y un amplio jardín, suponía un verdadero diamante en bruto, para Zest Architecture. Se trataba de crear una casa con las ventajas y las comodidades de hoy, entre las que se incluyen la eficiencia y el confort, respetando, al mismo tiempo, su esencia. Por ese motivo, el primer paso fue conseguir una etiqueta de consumo energético A+, para lo que se aplicó un aislamiento exterior de la fachada, se cambiaron todas las ventanas y las instalaciones y se abrieron nuevos ventanales. Además, se instaló un sistema de geotermia, para calefacción y ACS, y un sistema eléctrico domótico, para la iluminación y protección solar.

Lee: Una casa con alma, 'charme' y conciencia 'eco'

Impresionante hall, con un falso techo de pan de oro de paneles trenzados, motivos vegetales grabados en los muros, una magnífica vidriera de colores y una escultura de San Jordi, patrón de Cataluña. Toda una demostración de buen gusto y estilo. © Eugeni Pons
Impresionante hall, con un falso techo de pan de oro de paneles trenzados, motivos vegetales grabados en los muros, una magnífica vidriera de colores y una escultura de San Jordi, patrón de Cataluña. Toda una demostración de buen gusto y estilo. © Eugeni Pons

Distribuciones estratégicas

En la planta superior –antes el taller del artista–, se creó, más que un dormitorio espectacular (que lo es), un refugio que permite a los dueños la posibilidad de ‘aislarse’ y ‘escapar’, cuando la casa está llena de invitados o de amigos de los niños. Se diseño un gran espacio, con tres zonas: vestidor, salón (con bañera exenta) y dormitorio. Además, de un baño independiente, para dos, con doble ducha y lavamanos.

Lee: Decálogo para sacar partido al espacio

“Aprovechando unas separaciones se estableció una distribución estratégica. Así, desde la cama ves la chimenea y el exterior, pero no la bañera ni el vestidor. Mientras que desde la bañera se puede hablar con la persona que está en el salón”, explican desde Zest Architecture. Al lado del dormitorio se ideó un ‘home office’, con un mirador excepcional, que potencia las vistas sobre la ciudad. En la planta intermedia, por su parte, se crearon cuatro habitaciones, dos baños y una zona de lavado.

La espectacular bañera exenta preside uno de las zonas en las que se ha dividido la suite principal, aportando un toque sofisticado y refinado al ambiente. © Eugeni Pons
La espectacular bañera exenta preside uno de las zonas en las que se ha dividido la suite principal, aportando un toque sofisticado y refinado al ambiente. © Eugeni Pons

Atrevimiento creativo

En este deseo de crear un interior original y creativo, sin perder ese toque original de los años 50, la elección de los materiales y la gama de color fueron esenciales. “En el salón, las paredes en gris oscuro son el fondo perfecto para las obras de arte de los propietarios. Mientras que el suelo de roble en espiga, aporta elegancia y calidez. El mobiliario mezcla piezas ‘vintage’ con otras de diseño, de Vitra o Tom Dixon”, matizan.

Lee: Viste tu casa con el encanto y la calidez de los años 50

Realizada en madera de polisandro, lo que le da un toque ‘loco’ y original, la cocina (de Doca) se ideó en un plano horizontal, con módulos bajos y un estante a medida. © Eugeni Pons
Realizada en madera de polisandro, lo que le da un toque ‘loco’ y original, la cocina (de Doca) se ideó en un plano horizontal, con módulos bajos y un estante a medida. © Eugeni Pons

Mientras que la cocina posee un toque ‘fun’, gracias a la madera de polisandro. Originalmente era roja, lo que animó a las arquitectas a apostar por la madera. Además, se diseñó en un plano horizontal, con módulos bajos y un estante a medida, para lucir todos los objetos ‘bonitos’, lo que además de optimizar el espacio, resulta tremendamente elegante.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.