Si hay un color que evoque el verano, ese es, sin duda, el azul. Y, en esta ocasión, no nos referimos al estilo marinero (uno de nuestros ‘looks’ veraniegos preferidos) sino al resto de sus versiones. Sofisticado, ‘vintage’, romántico… Descubre las mil caras de un tono que posee un inmenso poder relajante -casi al nivel de un spa.
Entre el cielo y el mar
Todo un clásico en la decoración, no conoce límites de usos: funciona bien en las paredes de un dormitorio, es un buen aliado en la ropa de cama; realza piezas de líneas sencillas, brilla con luz propia en el cuarto de baño… Sin olvidar, que su versión ‘serenity’ ha sido nombrada por Pantone como el color –junto con el rosa ‘quartz’– del año.
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Cualidades que hablan por él
El color del cielo y el mar transmite relajación solo con su presencia. Asimismo, aporta profundidad, es luminoso, emite buenas vibraciones, resulta tremendamente armónico y crea atmósferas muy frescas y envolventes. Al tratarse de un color frío, amplía los espacios, ya que aleja las paredes y aporta sensación de profundidad. En la pared, este color ‘tranquilo’ es apropiado para las habitaciones, pero también para el resto de las estancias, desde el cuarto de baño al salón. En piezas, telas y accesorios no conoce límites. Su capacidad camaleónica le convierten en un ‘tono comodín’. Fácil de combinar con otros colores, crea contrastes que se adaptan a cualquier estilo decorativo, tanto clásico como actual.
Rey del ‘glam’: su versión más sofisticada
En tonalidades oscuras, como el petróleo o el ‘deco blue’ de Jotun, que se acercan peligrosamente al gris o al azul marino, oscuro y penetrante. Estas sofisticadas versiones azuladas crean ambientes personales, acogedores y muy elegantes. Adoran las maderas antiguas, las antigüedades o las piezas con pasado. Son azules que aportan a cualquier estancia un toque ‘vintage’, lleno de ‘charme’ y estilo. Son una buena opción para vestir las paredes en estancias con muebles modernos, que se funden con las sensuales líneas de un interior contemporáneo. Resultan una buena apuesta para quienes quieren disfrutar de una casa moderna, pero sin renunciar a su historia.
‘Blue’ claro: miradas llenas de magnetismo
Suave y encantador, impregna los espacios de un toque nostálgico y delicada armonía. Buen acompañante del estilo ‘shabby chic’, el azul, en sus versiones más empolvadas o pasteles, logra integrarse en este tipo de espacios, donde el paso del tiempo se deja sentir, proporcionando dulzura, calidez y cierto aire femenino. Quitándole el polvo y subiéndole la intensidad podemos ver en el azul un claro aliado del estilo nórdico. Eso sí, siempre usándolo en el mobiliario y las telas encerrado entre paredes blancas y piezas de madera.
Esa frescura es otra de sus bazas para colarse en los interiores con reminiscencias o influencias ‘pop’. En telas geométricas o en contraposición con otros tonos intensos, como el rojo o el amarillo, lucen su cara más atrevida y original. Elijas cuál elijas, cierra los ojos y prepárate a soñar. Sin duda, éste es un verano azul.