El Caribe siempre ha ejercido una gran fascinación, especialmente durante el verano. Pasear por sus playas de arena blanca, descubrir sus tesoros marinos o sus rincones con una vegetación ‘virgen’ son algunas de sus maravillas. Recrear y trasladar ese mundo de sensaciones a nuestras estancias, es posible. Descubre cómo viajar al Caribe sin salir de casa, a través de la decoración.
Espíritu caribeño
La luz es parte fundamental de este fundamental de este estilo. Potente y mágica, permite que se cuele por las ventanas, para dotar a los ambientes de ese toque especial, ofreciéndonos el otro lado de las cosas. Déjate llevar por la mezcla y olvídate de la concordancia perfecta. Piensa que las islas del Caribe son enclaves multiculturales, donde conviven distintas culturas: española, francesa, inglesa, africana… Esta diversidad te ayudará a darle personalidad y un toque lleno de ‘charme’.
Pasión por el color
El color en muebles, telas y complementos es un requisito imprescindible de este estilo. Tonalidades intensas y atrevidas, que van desde el amarillo y el azul, hasta el rosa, el verde o el naranja. Hay pocos tonos que no tengan cabida en nuestros rincones caribeños. Si no tienes miedo al exceso, combínalos y úsalos en diferentes elementos; si tu osadía tiene freno, utilízalos, por ejemplo, en la ropa de cama o algún adorno, combinados con un mobiliario de madera o un pavimento de mármol. Usa el blanco como comodín, cuando quieras equilibrar, ya que te ayudará a crear atmósferas sofisticadas y elegantes. ¡Te sorprenderá descubrir el resultado!
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‘Welcome to the jungla’
La exuberancia y el lujo natural son otras de las señas de identidad del Caribe. Puedes conseguirla a través del juego cromático o trasladando la frescura y el lado más salvaje, ese que mantiene vivo el encanto, a través de la selva. Papeles pintados con una frondosa vegetación; ropa de cama con especies animales exóticas o adornos ‘típicos’ consiguen sumergirnos en un paraíso tropical, del que no querrás salir. A su lado, las piezas de fibras naturales, el cristal o la madera sin ‘conservantes’ y las plantas –como palmeras o helechos– nos ayudará a imprimir calidez y a conseguir estancias acogedoras, donde perderse en verano o en invierno.
Pon una piña en tu casa
Y atraparás frescura, vitalidad y energía positiva en un simple gesto. Esta fruta tropical es pura tendencia en decoración-antes ya lo fue en la moda– y viene dispuesta a conquistar tus espacios. Puede adquirir distintas personalidades, pintarse en cualquier color y ser tanto un adorno como un mantel para una mesa o una funda de móvil.
A la hora de incorporarlas a tus estancias, ten en cuenta su lado lúdico y divertido. Juega con ellas, no pongas límites a sus posibilidades y busca la versión que mejor se adapte a ti y a tu estilo. Con ellas el verano está servido.