El ‘print’ floral es uno de los mejores aliados tanto de la decoración como de la moda. Capaz de adaptarse a cualquier estación, triunfa en primavera y verano, pero también en invierno. Además, posee la capacidad de inyectar vitalidad a cualquier ambiente, por su directa conexión con la naturaleza.
Lee: Inunda tu casa de flores... Pero sin abusar
Estilo propio
La variedad es también otra de sus señas de identidad. Un universo de modelos, tamaños y colores, que permite su uso en distintos estilos decorativos. Triunfa en espacios con aire provenzal o con un toque ‘retro’, pero también en los clásicos y exóticos (desde Japón hasta la selva tropical). Nos gustan por muchos motivos, pero nos rendimos ante su romanticismo. En el fondo, el amor y las flores siempre han viajado en la misma maleta. Descubre dónde funcionan mejor y cómo combinarlos.
Lee: Apúntate al estilo 'Shaby Chic', si quieres dar a tu casa un toque 'vintage'
Artistas invitados del espacio
El poder de las flores es tal que no se limita a las telas sino que se apodera de las paredes, con bellos papeles pintados, y de objetos para la casa, como vajillas o adornos. En cortinas, ropa de cama o cojines encuentra su razón de ser y, aunque en ocasiones puede funcionar, limita su uso en grandes piezas como los sofás, ya que al ser un mueble clave en la decoración, puede llegar a convertirse en una verdadera pesadilla con el paso del tiempo. Mejor evitar una exposición tan recargada y jugar con la sutileza y la armonía.
Lee: Operación cambio de cortinas: la luz (y la primavera) entran en casa | Cojines, mucho más que un simple accesorio
Cuestión de atrevimiento
Lo corroboramos: las telas son el territorio preferido de las flores. En ellas, pueden sacar a relucir su verdadera personalidad. Actualmente, se llevan los motivos tropicales, con flores exóticas llenas de fuerza visual. De gran belleza estética, tienen un problema, pueden llegar a cansar. Por eso, si no eres demasiado arriesgada, pero quieres dar un toque de frescura y estilo a tu hogar, apuesta por estampados discretos, que no ‘fatiguen’ visualmente, ni tengan un gran protagonismo en el espacio.
Lee: Cómo dar un toque de estilo a tu casa
Combinaciones que funcionan
La dificultad está en combinarlas, para no caer en lo cursi o en la exuberancia total. Hay que buscar un término medio. Solos o acompañados, puedes mezclarlos con telas lisas o jugar con distintos motivos (nunca más de cuatro o cinco). Es importante que la pieza o la tela principal defina el resto de la decoración. Para establecer la conexión, puedes usar la misma gama cromática o elegir uno de los colores como tonalidad dominante del resto.
El tamaño, tanto del espacio como del propio estampado, juega un papel importante. En el primer caso, las estancias amplias y luminosas se enriquecen con estampados de gran tamaño, mientras que las más pequeñas, resultan más ‘chic’, si el motivo es más pequeño. Por eso, intenta siempre buscar el equilibrio. De manera que si hay tres telas, establece la regla del dos y uno. Es decir, dos estampados grandes y uno pequeño, o dos pequeños y uno grande.
Lee: ‘Mix & Match’: el arte de la mezcla