Los nuevos modelos vienen dispuestos a conquistar los espacios con su luz o con su sombra. Bellos y tremendamente especiales, buscan la conexión tanto con el entorno como con la persona que lo adquiere. Cuando vas a elegir una lámpara no sólo eliges un diseño que se ajuste al espacio y el estilo decorativo del ambiente sino que también necesitas que te enamore, que te seduzca por su aspecto externo o por su capacidad para crear juegos. Las lámparas son esos objetos de decoración con los que se produce un flechazo instantáneo, tan directo, que nunca tienes suficientes.
Versátiles y camaleónicas
Tampoco podemos obviar su capacidad transformadora. Pueden reproducir una atmósfera íntima, dar carácter a una habitación en colores neutros o integrarse –casi fundirse– en el entorno en el que se ubican, adquiriendo la misma importancia que piezas tan relevantes como el sofá y la cama.
Lámparas escultura
Auténticas esculturas lumínicas, ponen una nota de lujo y glamour en las estancias. ¿Exageradas? No, impresionantemente bellas. Son lámparas muy especiales, para gente muy especial. Ganadoras de premios, en materiales naturales o exquisitos, brillantes y poderosas, su presencia acapara todas las miradas. Han nacido para dar luz, pero no pueden evitar acaparar todas las miradas. Ideales en ambientes sofisticados y clásicos, en los modernos ponen ese toque especial, que sólo las grandes piezas pueden otorgar. El exceso es en estos modelos es su principal, que no el único, encanto, ya que interpretan melodías con su juego de luces y sombras y crean poesía en movimiento.
En estado puro
Mostrando la bombilla, sin artificios, este tipo de lámparas son toda una declaración de principios: la desnudez sin prejuicios. Tremendamente vinculadas al estilo industrial, hoy se muestran sin pantallas o adornos, para dar su toque personal a cualquier estancia. Las adoramos en la cocina, sobre la barra de desayunos, pero también en el salón, en un rincón de lectura del dormitorio… Los interioristas las han sacado a la luz y nosotros las situamos en primera fila, para devolverles su papel protagonista.
Elogio a la sencillez
Al poder de la luz en sí misma. Realizadas muchas de ellas en madera, sola o combinada con otros materiales, dialogan con fluidez en interiorismos clásicos como rústicos o contemporáneos. No temen a casi nada, porque poseen la capacidad de mimetizarse con el ambiente, de formar parte de él. Y lo hacen de una manera natural, sin esfuerzo.
Además, muchos de estos diseños están disponibles en familias de modelos (sobremesa, suspensión, de pie y apliques), para que los combines en la misma estancia o los distribuyas por distintos espacios. De manera que, a través de las lámparas, establezcas una continuidad visual de toda la casa.