Está claro que los colores tienen poderes mágicos, capaces de influir en el ambiente y de modificar las proporciones. Lo cierto es que si se produce un flechazo con algún color, éste formará parte de tu vestuario, tu casa, tu coche… Como una inyección de vitalidad y autoestima.
Flechazos instantáneos
Si para acompañar al invierno, los tonos grises y oscuros eran buenos aliados, la fuerza del sol anima a tonos alegres, llenos de fuerza. Por eso, descubre nuestras ideas, astucias, soluciones y tendencias y elige tu opción. ¿De qué color ves tu casa (y tu vida) esta temporada?
Colores que emocionan
Detrás de un color hay emoción, inspiración y, por supuesto, sociología, en el sentido de que representan un concepto social concreto. Hemos caído rendidos al poder del blanco o más bien a cualquiera de sus 32 tonos distintos, porque hablar de blanco es hacerlo de blanco roto, nieve o huevo; de interiores nórdicos, de espacios serenos y de espacios equilibrados, donde se vuelven a las texturas naturales. También nos rendimos a la elegancia y sofisticación de los azules (desde grises azulados hasta intensos, con sabor a mar). Sin duda, nos emociona el ocre dorado (elegido color del año por AkzoNobel), suficientemente brillante para atraer la atención y, al mismo tiempo sutil, referencia al pasado, o el rosa ‘quartz’ y el azul ‘serenity’ presentados por Pantone para este año. Al margen de tendencias, cada persona tiene ‘filing’ con un color, sin olvidar que cada material reacciona de forma diferente a una tonalidad, aportando matices, temperamento y texturas.
Pinceladas mágicas
“El color tiene un gran poder transformador, capaz de dotar de vida propia a espacios sin alma, como puede ser un garaje”, afirmó la arquitecta Teresa Sapey durante la presentación de la carta de colores de Jotun. No es casualidad que lo diga una enamorada del color, especialmente de los fuertes “el naranja es mi color preferido. Aporta luz y calor a cualquier espacio. La vitamina C se personifica en él y por eso nos cura de cualquier mal”, señaló la arquitecta.
Dan vida a tus paredes, si los conviertes en absolutos protagonistas de los espacios, aunque su capacidad de transformación actúa de la misma forma si sólo introduces pinceladas coloridas en muebles y telas. A veces, con el color, no es cuestión de cantidad sino de armonía. Puede ser que un simple accesorio o una tela pueda enriquecer visual y emocionalmente un ambiente.
Solos o (bien) acompañados
Puedes optar por usar un solo color, algo mucho más sencillo si se trata de la gama de blancos, neutros o azules, o combinar distintos tonos. En ambos casos, las dimensiones del espacio y la luminosidad son claves a la hora de la elección y no te dejes engañar: hay tonos intensos y arriesgados, que sacan su lado más acogedor y cálido al lado de neutros. Todo es cuestión de elegir.
Si decides mezclar colores, puedes crear armonía y sensación de equilibrio, si combinas colores cercanos en la gama cromática o, por el contrario, un gran impacto visual si optas por un color dominante sobre el resto, que contraste de forma espectacular.