Primera salida al jardín o la terraza
El buen tiempo nos anima a salir al exterior, para disfrutar de los beneficios que tiene el aire libre. La consigna de esta época: si puedes, sal fuera.
Es el primer contacto, por eso tampoco se trata de sacar la tumbona y la sombrilla, no va a hacer falta todavía, sino de acondicionar un rincón agradable para esos días primaverales en los que luzca el sol y apetezca preparar un desayuno de domingo en el balcón, una comida con amigos en la terraza o tomar el café sentados en el jardín. Desempolva tus ‘trastos’ del año pasado, trata la madera de tus muebles para que luzca como siempre y, si tienes que partir de cero, busca la inspiración en nuestra galería.
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Crea ambiente
No importa si se trata de un balcón, un patio, una terraza o un jardín, tampoco importan las dimensiones, ya que hay soluciones que se adaptan al espacio disponible, las necesidades personales y las condiciones. Eso sí, la clave es diseñar un lugar bien pensado, que no se ‘coma’ metros, que tenga en cuenta la orientación y la situación, que saque partido a las características y disimule las ‘imperfecciones’.
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Estar al aire libre
Es uno de los espacios más agradables en esta época, ya que, aunque comas dentro de casa, resulta idóneo para tomar el café o echar una partida de cartas. Elige el lugar teniendo en cuenta el uso que vas a hacer. Si vas a disfrutarlo por la tarde, mejor que esté ‘a salvo’ de los rayos solares, si, en cambio, lo vas a utilizar para las veladas nocturnas, opta por un sitio resguardado del aire. Piensa que si lo sitúas bajo el porche, quedará a resguardo y te protegerá si se levanta viento o una nube descarga sobre vosotros.
Respecto al mobiliario, debe estar ajustado al espacio. Combina un sofá con un sillón, o dos sofás de distintos tamaños… No olvides la mesa de centro, es muy práctica y te ayuda a delimitar la zona.
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Comer fuera: tu espacio ‘gourmet’
Antes de nada, piensa en tus costumbres: si te gusta invitar a todo el mundo, si eres poco amigo de las reuniones familiares… Y ajústalas a tu espacio. Puedes optar por una mesa extensible, que pueda ‘crecer’ según lo necesites, una de 10 plazas, para que entre todo el mundo; o un modelo pequeño, que te permita acoplar otra mesa auxiliar cuando lo necesites. Un consejo: los carros o muebles auxiliares resultan muy prácticos para desahogar la superficie principal.
Se trata de comer fuera, no de hacer una comida campestre, por ese motivo no renuncies a las comodidades: mantel, vajilla de porcelana, cristalería adecuada a cada bebida… De esta manera, disfrutarás de las mismas comodidades y el mismo estilo que tienes dentro, pero al aire libre.
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Tu rincón particular
Cálido, íntimo, donde te sientas a gusto y puedas desconectar del estrés y el ritmo de vida. Si puedes, no renuncies a tu propio espacio. No necesitas muchos metros ni mucho mobiliario, sólo un lugar para ti mismo.
Para crear el clima perfecto, recurre a velas, plantas y telas. Puedes optar por una versión ‘zen’ en colores neutros y minimalismo decorativo o por otra más alegre y vitalista, donde el color, los cojines en el suelo y las flores sean los protagonistas del espacio. La clave está en que tú te sientas en él como en el sillón preferido de tu casa.
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