Abrimos la puerta y las ventanas al buen tiempo, aunque ya sé sabe lo caprichosa que es esta estación, que abarca desde días soleados y preciosos hasta mañanas grises y lluviosas. ¡No importa! A nuestra casa le encanta esta época del año porque guardamos los tejidos pesados, las cálidas alfombras y todo lo que tiene que ver con el invierno y sacamos a relucir el lado más fresco y dinámico de la decoración.
Con la mirada en el exterior
Tras varios meses ‘viviendo’ dentro, acurrucados alrededor de un buen fuego o dejando pasar la tarde en el sofá, llega el momento de poner la mirada en el exterior (tengas o no jardín) y traer esa vitalidad a nuestra vivienda. Deja que la luz natural llegue a todos los rincones y convierte a las plantas en tus mejores aliadas para esta estación. Ramos de petunias, rosas, anémonas… Son esenciales para decorar la mesa de comedor, un rincón del dormitorio o la repisa sobre la chimenea. Naturales o no, son una inyección de energía y optimismo. Eso sí, con cierta moderación. Un toque es suficiente. No queremos poner un vergel en medio del salón.
Tejidos frescos y fibras naturales
El algodón, el lino y el hilo deben ser nuestras telas de cabecera en esta época. Son frescas, ligeras y podemos verlas mecer por el viento, si abrimos la ventana. No hace falta que renueves toda la decoración, basta con introducir pequeños detalles con la ropa de cama, las cortinas, un cojín… Son estas pinceladas las que te permitirán diseñar una deco dinámica y en evolución. La primavera invita al cambio y a la actividad, responde a su llamada.
Otros buenos ayudantes, sin duda, son las fibras naturales. Una alfombra o una silla de mimbre dan ese toque campestre, tan encantador. Además, te ayudan a crear ese rincón especial dentro de la casa.
Detalles de colores vivos
Pensar en la primavera es evocar colores inspirados en la naturaleza, vivos, alegres y llenos de positivismo. Desde el azul del mar, hasta el amarillo del sol, el rojo de las amapolas, el rosa de las petunias y el verde, el gran triunfador en esta etapa, del jardín. Pon un toque verde (planta, tela o adorno) en esta tonalidad y ya tendrás un aire nuevo y fresco en tus habitaciones. En contraposición con el luminoso blanco y los neutros más naturales, que permiten el equilibrio cromático y ponen la nota más confortable y cálida en tus espacios.
‘Print’ floral
A su lado, los estampados con flores se convierten en el recurso más sencillo para ‘atrapar’ a la primavera dentro de casa. Subidas de tono o en dulces pasteles, las flores son las protagonistas de nuestras telas (‘of course’), pero también de nuestras vajillas, papeles pintados, alfombras, vinilos…
Visten nuestra mesa, nuestra cama y nuestro sofá y lo hacen invadiendo y haciéndose hueco (preferente) entre muebles y paredes lisas. Protagonistas absolutas de la decoración primaveral, la clave está en combinarlas sin saturar y en saber dosificarlas, para introducirlas después, suavemente, en la deco veraniega.