Operación cambio de cortinas: la luz (y la primavera) entran en casa
Tejidos ligeros, en colores claros y con motivos naturales se convierten en los mejores aliados para vestir las ventanas esta temporada. ¡Abre tus estancias al buen tiempo!
Empieza, o al menos eso se supone, el buen tiempo y debemos preparar la casa para recibirlo. El cambio de cortinas es el primer paso, ya que en esta época del año apetece ver los rayos de sol desde primera fila. Por este motivo, nuestras cortinas pierden opacidad y dicen adiós a los colores claros y a los tejidos gruesos. Se trata de que entre la luz, para llenar los espacios de calidez, aunque no de calor.
Inspiración natural
La primavera es una de las estaciones más ligadas al exterior. La naturaleza cambia su aspecto y pasa de los marrones y grises del invierno al verde y al multicolor de las flores. Un universo que pone una nota vegetal en nuestra casa, llena de frescura y energía positiva.
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Colores de temporada
Los colores son un buen regulador de temperatura, por eso tus cortinas suelen rebajar el tono en esta época del año y elevarlo en invierno. El blanco en todas sus variantes (hablamos que hay 32 versiones de este color) es, sin duda, el comodín de esta temporada. Fresco, ligero, ‘limpio’… Es un habitual en visillos, pero también en cortinas, como fondo perfecto de los estampados.
A su lado, las tendencias se apuntan, por un lado, a los pasteles, y, por otro, a los naturales. Los primeros son tonos dulces y femeninos, ideales para dar un toque refrescante a la deco del salón y de la habitación. Rosa y azul (el ‘quartz’ y el ‘serenity’ muy de moda este año) son los preferidos por firmas y diseñadores. Los naturales, por su parte, abarcan un universo lleno de posibilidades. Desde los tonos tierra hasta los verdes de las plantas, pasando por el azul, que pone ese toque ‘de vacaciones’, tan llenos de encanto y dinamismo.
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Textiles muy frescos
Si algo está claro a la hora de elegir los tejidos para la primavera es que deben ser ligeros, frescos y vaporosos. Por eso, decimos adiós a terciopelos, chenillas y telas con textura y damos la bienvenida a linos, algodones y fibras naturales. Tan importante como la tela es la forma de usarla. Así, juega con la combinación de visillo y cortina, por ejemplo. Un dúo que te permite echar ambos, cuando quieres oscurecer y ganar frescura; mientras que si prefieres tener buena luz y que el sol entre, recoge a los lados la cortina, dejando solo el visillo.
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Motivos que hablan por sí mismos
Las flores son el recurso más primaveral. Con un mensaje claramente campestre, los modelos retro dotarán de alma a nuestras estancias. Las rayas son otro de los clásicos, si las combinas en azul y blanco (o beige), al más puro estilo marinero, captarás el frescor del mar en tus espacios. Si quieres que la luz se pose en tus telas, mejor apuesta por motivos discretos, pero llenos de color. Si prefieres los grandes motivos, procura rebajar el color, para lograr mayor armonía.
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Para que luzcan en todo su esplendor, alarga 10 cm la altura de tus cortinas, y conseguirás un toque elegante y sofisticado: lo corto tampoco está de moda en el hogar.