Si estás harto de ver siempre las mismas sillas o quieres dar otro aire a tus muebles, apúntate al efecto ‘sumergido’. Una técnica decorativa muy fácil de hacer, que admite cualquier color y cuyo único requisito es que la pieza tenga patas, aunque cada vez se ven más objetos con este acabado que no las tienen.
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Como su nombre indica, parece que las patas se han sumergido en un bote de pintura, un efecto que recuerda mucho a la cola de Gafe, el gato por el que Robert de Niro siente adoración en la película ‘Los padres de ella’.
Altura y color: las dos ‘patas’ de esta técnica
No existe una altura ideal para el ‘dip painting’. Se trata de probar distintas y elegir la que mejor encaje con ese tipo de mueble. Respecto al color, las opciones también son variadas, aunque siempre deben coordinarse con el resto de tonos de la estancia. Puedes optar por un color intenso, que destaque sobre el resto de las piezas, o apostar por tonalidades pasteles, muy fáciles de integrar. Esta propuesta de Bruguer (bruguer.es) apuesta por el rosa ‘quartz’, uno de los colores de la temporada, que aporta dulzura y calidez a los ambientes.