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Directamente aterrizado del mundo de la moda (piensa por ejemplo en Sienna Miller), el ‘effortless chic’, o lo que es lo mismo estar guapa sin parecerlo, se apropia de la decoración. Y lo hace con la fuerza y la actitud de quien se ve bella, sin haber pasado por una sesión de rutina ’beauty’. Es, sin duda, el estilo sin esfuerzo, la elegancia innata que algunos espacios parecen poseer. Eso sí que no te engañe, hay un trabajo de interiorismo detrás, pero no se nota. ‘This is the question’.
El lado bello de la 'deco'
Hay casas, como personas, que tienen ‘charme’ desde el primer momento, mientras que otras necesitan una ayuda extra. Para conseguir este estilo dos cosas: huir de la ostentación, el exceso no tiene sentido en estos ambientes, y apostar por la sencillez como principal valor estético. Se trata de que parezca que, casi sin querer, al elegir varias piezas al azar has conseguido crear esa bella composición, que tampoco olvida la comodidad y la funcionalidad. Porque debe ser bello, sin duda, pero también el lugar perfecto para descansar después del trabajo, relajarse en el sofá, leer un libro…
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-‘Slow home’: la decoración más tranquila
Di sí al blanco
Es el comodín, el color que te lo pone fácil, ya que crea lienzos perfectos donde poder usar la varita mágica de la decoración. El blanco te permite jugar con el resto de tonalidades, ofreciéndote una base neutra, tranquila y sosegada. Además, indiscutiblemente se trata de un color elegante en sí mismo, por lo que puedes emplearlo también en las piezas más grandes. Para acompañarlo, nada mejor que la madera en tonalidades claras (aunque la oscura no tiene prohibido el acceso), los metales y el cristal.
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-¿Quieres saber cómo decorar en blanco y negro?
Pasión por la mezcla
Sé diferente, pon el sofá en el centro de la habitación, una silla en lugar de un sillón en un rincón de lectura, saca partido a las piezas, un partido distinto, eso sí. Y mezcla, la originalidad, sin estridencias ni excesos, te ayudará en el camino hacia la elegancia innata. Si algo caracteriza a este estilo es su capacidad para admitir piezas valiosas, de diseño actual, ‘low cost’, recuperadas o ‘vintage’. Combina texturas, acabados y estilos. Todo ello, de forma relajada y tranquila. Se trata de buscar siempre el equilibrio. No olvides los cuadros y las fotografías, ya que poseen ese matiz capaz de transformar un espacio en una estancia con estilo. Y ya puestos, bájalos al suelo, los notarás más cerca y participarán más en la decoración.
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Los detalles se alían con el mobiliario
Esta belleza, sencilla y sin artificios, se apoya también en los detalles, creando puro romanticismo contemporáneo. Un cuadro, una alfombra o un jarrón elevan el ‘charme’ a la enésima potencia, recreando atmósferas especiales y únicas.
Además, es en los detalles donde puedes jugar con el color y con la nota que más desentone (teniendo en cuenta que en este estilo no debe desentonar nada): ese cojín de rayas, un adorno complicado de encajar o una pieza original y divertida. Todos tienen cabida, siempre que sean pinceladas y no saturen el espacio con su impacto.
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-Vivir con arte-A través del espejo
Sin olvidar, las flores. Sobre una mesa en el salón o en la ventana de un dormitorio son la esencia de la belleza de lo natural. Un toque de distinción y elegancia en cualquier estancia.
