Montar el belén es un tradición muy española, que pasa de generación en generación, coleccionistas que cada año incorporan una figura o un detalle nuevo, logrando verdaderos tesoros.
Expresión artística
Es una parte de la decoración de estas fiestas, se trata de una tradición que, además, de su significado religioso, posee un indudable valor artístico. Sin olvidar su faceta humana y familiar. Montar el belén se hace en familia (desmontarlo, ya no tanto). Los distintos miembros participan en su creación: los más pequeños acompañan a sus padres a las tiendas y mercadillos; los abuelos regalan a sus nietos los modelos más sencillos, para que empiecen a ilusionarse; los niños hacen figuras en el colegio o cogen musgo y piñas cuando van de excursión… Una tradición que posee la capacidad de adaptarse y de pervivir en el tiempo.
Algunos consejos prácticos
Antes de nada, piensa que tu belén puede ser tan grande como tú quieras y que una vez que empieces, es muy difícil resistirse al encanto y al placer de elegir una nueva figura o una construcción. Por lo que entrarás a formar parte de los amigos de los belenes. Una vez decidido el tamaño, elige el lugar. Debe estar en las estancias donde celebres la Navidad, bien en el salón o en un cuarto aledaño (hay familias que destinan una habitación a este fin). Después, continúa con la estructura y crea la escenografía con musgo, arena, piedra… Si es muy grande, haz un dibujo en un papel, para determinar la ubicación de cada escenario. Para terminar, coloca las figuras. Ten en cuenta que el niño Jesús es el centro de atención.
Estilos para todos los gustos
No podemos hablar de una tendencia, porque lo más moderno se mezcla sin complejos con lo más tradicional, ofreciendo un universo (casi) a medida. Lo que comparten, la mayoría de ellos, es un trabajo artesanal y cuidado, que se nota en cada pieza. “Desde belenes en talla de madera, hasta modelos en papel maché, giratorios que dan vueltas gracias al calor de las velas, metálicos, infantiles de poliresina o de madera, en bolas de cristal, latón, para colgar en el árbol… La variedad es inmensa para que cada uno elija el suyo”, nos cuenta Bettina de Baden-Baden.
Un poco de historia
El Belén reproduce a pequeña escala el relato del nacimiento de Jesús. El primero data de 1223 y fue obra de San Francisco de Asís, aunque no sería hasta el año 1330 cuando se instala un verdadero belén, con muchas más figuras que en el primero. Una tradición cristiana que permanece con la misma fuerza y sentimiento en nuestros días, aunque sin renunciar a las nuevas tendencias.
Esta demostración artística forma parte de nuestras fiestas y de nuestras creencias y pasa de generación en generación. En España existe una gran tradición de belenes, en muchos Comunidades autónomas cuentan, incluso, con su propia asociación de belenistas y hay tiendas, como Baden-Baden, que llevan más de 65 años dedicadas a esta tradición. En algunos lugares se realizan verdaderas obras de arte, muchas de las cuales siguen la tradición napolitana, sin duda la máxima expresión del belén en el mundo, por su belleza, variedad, exclusividad y valor testimonial.