Montarlo puede ser un momento familiar y especial, donde todos colaboran y dan su propio toque personal. Debe tener, eso sí, un mismo estilo: no se trata de poner bolas sin sentido sino de crear composiciones con armonía. Para evitar conflictos, determina su estilo antes de empezar a decorar.
Un lugar de honor
Durante estas fiestas, el árbol se convierte en el epicentro del salón, sobre el que se dirigen las miradas y se organiza el resto de la decoración. Por este motivo, debes situarlo en un lugar donde no impida la circulación, se vea bien desde todos los ángulos y, a ser posible, no obstaculice el paso de la luz. Natural o no, algunos artificiales parecen ‘de verdad’, elígelo en proporción al espacio, para que no te ‘coma’ visualmente el salón. El árbol es como el sofá, una vez que lo montas abulta mucho, no lo olvides.
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Equilibra y vencerás
¿No sabes por dónde empezar? Antes de nada elige un tema, un estilo o, sencillamente, una gama de color. “Comienza por colocar las bolas, de mayor a menor. Primero las más grandes y al final, las más pequeñas. Hazlo con cierto ritmo, siguiendo una partitura. Adórnalo siempre en zigzag. Para que sea más fácil divide, el árbol en tres cuadrículas, por ejemplo, y ve triangulando. Piensa que lo último son las luces y que deben iluminar tanto por dentro como por fuera. Enciéndelas y comprueba el efecto: ver si quedan ‘calvas’ o ramas que se caen por el exceso de peso”, aconseja la estilista Paloma Pacheco Turnes (palomapachecoturnes.com). Y si en el resto de la decoración, has de ser comedida, en la decoración del árbol puedes sacar tu vena más recargada y excesiva. No importa, todo (o casi) vale, siempre, eso sí, que mantengas el equilibrio.
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Brillos y tendencias
Está claro que el verde y el rojo son los colores estandarte de estas fiestas, pero después de ellos hay muchos más. Nuestro árbol es dorado, blanco, multicolor… Desde el más sofisticado al más natural, sin olvidar el clásico o el ecléctico. No pongas límites, ya que no debe haberlos para el ‘rey’ de las fiestas. Busca siempre la magia, que le hace brillar en las reuniones y cenas familiares. “Existen dos tendencias muy de moda este año. Por un lado, los metalizados, bien en dorado bien en plateado, un look lleno de brillo y sofisticación. Y, por otro, un estilo con aire nórdico, más natural, que pone el acento en una decoración apta para todo el año, especial, pero versátil”, añade Paloma Pacheco Turnes.
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Más allá del abeto
Hay vida y mucha. La originalidad de los nuevos árboles de Navidad supera en muchas ocasiones nuestra imaginación, ofreciéndonos modelos pintados en la pared, en madera, pizarra, alambre… Un verdadero ejercicio de fantasía, donde no sólo se juega con los adornos (echa un vistazo a nuestro shopping para ver los más originales) sino que con el propio árbol en sí y sus posibilidades decorativas.
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Además, el abeto y el pino ya no tienen la exclusiva en este universo típicamente navideño, ahora se incorporan especies, como la picea, la tuya o el abedul, capaces de ‘reinar’ en el salón durante todo el año.