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La luz transmite energía positiva, nos da fuerza en nuestro día a día, nos envuelve con su calidez y nos transmite alegría con su magia. Esta capacidad para transformar las estancias y a nosotros mismos sin necesidad de cambiar nada hace que se convierta en un elemento esencial en nuestras casas. Lograr una vivienda más luminosa es posible y pasa por jugar con la distribución, el mobiliario, las telas… Aprende a usar la decoración al servicio de la luz.
Espacios comunicados
La distribución influye en el recorrido de la luz. Evidentemente, los espacios abiertos (los llamados tipo loft), que eliminan tabiques y apuestan estancias abiertas, como la cocina al salón o al comedor, permiten la libre circulación, haciendo que el más oscuro se beneficie de la luz natural del otro. Si prefieres que cada uno mantenga su autonomía, puedes apostar por tabiques de cristal o puertas correderas, que dejan que la luz pase de un ambiente a otro y mantienen, al mismo tiempo, su independencia. Un consejo: en el salón dispón los asientos del estar alrededor del ventanal, así lograrás claridad y ‘atraparás’ el exterior dentro de la habitación.
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Una ‘caja’ clara
Es decir, necesitas que paredes, techos y suelos sean claros, preferiblemente blancos. De manera, que se refleje y multiplique, logrando no sólo la libre circulación de la luz, sino también ampliar los espacios y llenarlos de calidez. Piensa que el blanco refleja la luz hasta en un 80%, de forma que ¿por qué no aprovecharse de sus ventajas? Opta por pavimentos de colores claros (no renuncies al brillo del mármol) y si eliges maderas, apuesta por tonalidades medias y blanquecinas. Los suelos continuos expanden la luz: ¡no lo olvides! Un detalle para conseguir un look ‘total white’ es poner las puertas blancas, de manera que se integren con las paredes.
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Alíate con el mobiliario y las telas
Elige muebles no demasiado altos, que no supongan obstáculo para el paso de la luz, y proporcionados con el espacio, ya que si son demasiado voluminosos, ocuparán más y, además de dar sensación de recargado, crearán sensación de tabique. Los muebles lacados en blanco y los de maderas claras son una buena elección. Si se trata del sofá, apuesta por los tonos neutros, ya que los oscuros absorben la luz. Respecto al universo de las telas, huye de cortinas pesadas y con una trama que no interfiera en la claridad y di sí a tejidos ligeros y con caída, como el algodón.
Objetos de deseo para decorar tu casa
Si quieres acertar, ríndete al blanco
Pon un espejo (o dos) en tus estancias
Esta pieza a la que no siempre prestamos atención posee la capacidad de modificar las estancias, ya que con su ‘poder’ los metros se multiplican y la luz se expande por todos los rincones. Además, no se le resiste ninguna estancia, ni siquiera los pasillos. Para que resulte un éxito, lo ideal es situarlo perpendicular a la ventana, para reflejar bien la luz y el exterior, y a la altura de los ojos.
Sin olvidar que se trata de un objeto decorativo en sí mismo y que la variedad de diseños y acabados nos hacen desearle en el interior de nuestras casas.
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