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Hay personas que atesoran libros, no los guardan. Los colocan por orden alfabético, tipos, preferencias… Saben dónde está cada uno, casi sin necesidad de mirar, y les resulta fácil localizarlos a la primera. No suelen prestarlos, por miedo a que al cambiar de manos, caigan en el olvido o, lo que es peor, en una librería ajena. Otras personas los aman con la misma intensidad, pero prefieren guardarlos sin un orden establecido, buscarles un lugar entre montañas de ejemplares. Por eso, normalmente, los más recientes ocupan posiciones de honor, mientras los más antiguos, quedan relegados a las últimas filas. Y, por último, hay lectores empedernidos, que sacan a relucir su lado más práctico: leo y guardo sólo aquello que merece la pena guardar. En las casas de hoy los metros cuadrados son un bien muy preciado.
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Para todos ellos hemos preparado este especial librerías. Las hay de distintos estilos, tamaños y formas, pero todas comparten un mismo fin: creer que hay pocos placeres en la vida como leer un buen libro. ¡Ah! Y quien dijo que el saber no ocupa lugar es que no ha visto mi librería.
Con el espíritu de Hogwarts
En la librería Lello de Oporto, una de las más bonitas del mundo, se rodaron algunas de las imágenes de la saga de Harry Potter. Pura inspiración, la clave está en trasladar ese espíritu (encantador y abarrotado) a nuestras casas. Pueden ser desde una gran librería clásica hasta la versión modular, más actual, que permite ajustarse a la necesidades y la cantidad de libros que se posean. Lo ideal, eso sí, es que sean grandes, de arriba abajo. Además de una buena librería, un requisito imprescindible para crear la atmósfera propicia es un sillón. Una butaca donde pasar las páginas sin ser molestado y lo más cómodamente posible. Son, sin duda, el paraíso de los ratones de biblioteca, de aquellos a los que les encanta pasar una tarde de domingo sumergido en la lectura, pero rodeado de libros. No entienden leer en medio del salón y, por supuesto, no se han apuntado a la moda del eBok.
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Librería y mucho más
Actualmente, las librerías no son sólo el lugar donde se colocan los libros sino que han pasado a ser uno de los protagonistas del salón. Por este motivo, ya no se habla de librerías sino de sistemas. Estos ‘sistemas’ multifuncionales, además de albergar libros, tienen sitio para la televisión, dejan hueco para las fotos familiares, los recuerdos de los viajes e, incluso, cuentan con cajones para mantener a buen recaudo, pero oculto, papeles y objetos. Son una opción ideal para todos aquellos que o bien tienen pocos libros o una vivienda de pocos metros. La clave está en integrarla con el resto de la decoración, para que no destaque por sus dimensiones.
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De estética singular: el continente importa
La originalidad se apodera de algunos modelos, buscando no tanto la funcionalidad como el impacto visual. Son estéticamente llamativos y la mirada se dirige hacia ellos desde el primer momento. Además, se trata de piezas muy versátiles, capaces de encajar en distintas estancias y rincones de la casa: un pasillo ancho, el dormitorio, bajo la escalera… Brindando un espacio extra para nuestros libros.
Eso sí, se trata de piezas complementarias, por lo que siempre has de tener una buena estantería principal.
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