Bello en su sencillez, posee, sin embargo, todo el glamour de esa época. Se trata de un estilo decorativo práctico y versátil. De manera que los muebles pueden tener más de un uso, ofrecer espacio extra para guardar o encajar en distintas estancias de la casa. Y todo ello, sin olvidar, su calidez. Son muebles acogedores y confortables, que aportan personalidad y brindan un cálido recibimiento a moradores y visitantes.
Notas de identidad
Adoran la madera en sus muchas tonalidades y la combinan con cuero, fibras naturales… Pero también mezclan elementos de hierro, metalizados o de vidrio. Se trata de una estética que busca la calidad y la encuentra en los materiales y el diseño de sus piezas. Son muebles llenos de elegancia en sí mismos. Por este motivo, simplemente situando una de sus piezas en un rincón de un espacios, le darás un toque de estilo, al que es difícil resistirse. Pero eso no significa que huyan del color: azules, grises, rojos o amarillo, pueden dar mucho juego en esta tendencia decorativa. Ten en cuenta que adoran la luz, tanto natural como artificial, y muestran todo su esplendor si la luz les acompaña y les guía. Por eso, las lámparas, que ayudan a crear atmósferas; y los espejos de sol, que la multiplican y expanden, son dos de sus complementos preferidos.
Piezas livianas que se elevan del suelo
Visualmente son muy fáciles de distinguir, ya que sus formas livianas (casi minimalistas) son una de sus señas de identidad. Son piezas de líneas sobrias y acabados sencillos, que no recargan los ambientes sino que los enriquecen, pero sin renunciar a su calidez y confortabilidad. Dado que la ligereza (piensa en las patas finas de sus muebles, que elevan la altura de asientos y mesas) es una de sus máximas, el ‘Mid-Century’ moderno resulta perfecto para estancias de pocos metros, ya que no ‘pesan’ visualmente. Esto no significa que en ambientes amplios pierden fuerza sino que muestran otra versión de sí mismos, potenciando las condiciones del espacio.
Iconos del diseño nórdico
Evocan a una decoración nórdica, concretamente sueca, un estilo más acogedor y con un punto romántico, que se aleja del finlandés (mucho más frío y minimalista) y del danés, el más industrial. Se trata de un estilo innovador y con visión de futuro, por eso muchas de sus piezas son hoy verdaderos iconos de diseño, que nunca pasan de moda. Alvar Aalto o Arne Jacobsen son dos de los diseñadores de esa época que se rindieron a sus encantos.
Espíritu ‘fifties’
Todo pasa, por eso no es preciso aferrarse a una moda y seguirla al pie de la letra, reproduciendo con exactitud toda una estética. Olvídate del ‘total mid-century’, se trata de dar, simplemente, pequeños guiños a tus estancias con un aparador especial o una estilosa butaca. “Hoy ya no se lleva poner toda la casa años 50, ahora tienes que mezclar piezas de ese estilo con una vajilla sueca, un objeto moderno…”, afirma Guille García-Hoz (guillegarciahoz.com).
Una combinación que imprime mayor fuerza visual al conjunto en general o da un valor añadido a un estilo contemporáneo. Eso sí, mezcla con sentido común, manteniendo siempre un equilibrio decorativo.