En esta época donde cocinar está de moda (sólo hay que ver la cantidad de programas televisivos que se emiten sobre el tema), los utensilios de cocina se multiplican en nuestra casa a la misma velocidad que los conocemos y los deseamos tener. Ahora a nuestros útiles habituales (véase cucharones, ralladores, sacacorchos…) se les suman otros: cortapizza, espátulas, brochas de repostería, molinillos de sal… Sin olvidar, los pequeños electrodomésticos que, sin duda, nos hacen la vida más fácil, pero también inundan nuestra encimera. Ante esta situación, donde hay más cacharros y cachivaches que armarios, lo mejor es actuar con lógica y echarle imaginación.
Haz revisión
¿No sabes por dónde empezar? Pues comienza por deshacerte de todo aquello que no usas o está viejo. Para que entre algo nuevo, tiene que salir algo y dejar hueco. Pasa revista a tus armarios y di adiós a esa sartén con el teflón levantado; a la espumadera que te da pena tirar, pero a la que se pega todo; a ese cazo que conoció mejores momentos o a una tapa desparejada. Haz lo mismo con la despensa. Revisa fechas, no acumules y mantén cierto orden: pon a mano y a la vista, los productos de uso habitual y los que menos utilices, resérvalos las zonas de difícil acceso.
Vajilla, cristalería y cubertería
Está claro una buena organización saca más partido al espacio. Por eso, organiza por grupos. Es decir, las vajillas y las cristalerías en el mismo sitio, para que cuando busques algo, sea sencillo encontrarlo. Ordena los platos por categorías(hondos, llanos y de postre) y, preferiblemente, cerca de la zona de fuegos. Los armarios inferiores son perfectos, si puedes incorpora plateros o separadores, te ayudarán a organizarlos por tamaños y evitarán que se choquen unos con otros. Los vasos, mejor en un armario cerrado, para que no cojan polvo ni grasa. Sitúa los de uso diario delante. Respecto a las copas, ponlas en los estantes más altos y no guardes muchas juntas, para que no se rocen y se rompan. Mientras que los cubiertos en los cajones superiores y en bandejas con separadores.
El menaje difícil
Guarda sartenes, cacerolas y ollas en gavetas o en los armarios inferiores, cerca de la zona de cocción. “Forma torres de dos o tres piezas, sin tapadera y organizadas en columnas por tamaños (de mayor a menor), así ocuparán menos y será más sencillo cogerlas cuando las necesitas”, explica Lola Puras de Orden en Casa (ordenencasa.com). Para tener a raya a las tapaderas, utiliza soportes especiales para ellas, son muy prácticos y te evitarán tener que sacar todo. Encontrar hueco para fuentes, cuencos y bandejas es una tarea ardua. Guarda las que menos uses en los armarios superiores y no te olvides de las posibilidades que te ofrece el horno. Las bandejas y las tablas, mejor de pie, así ocupan menos y puedes acceder a ellas más fácilmente.
Soluciones que multiplican el espacio
Son esos elementos que te ayudan a optimizar mejor cada centímetro, proporcionándote hueco extra, donde no parecía haberlo. Módulos que se adaptan a espacio difíciles, como el fregadero, las esquinas o el zócalo. Con puertas articuladas, de extracción total o cajones con doble fondo. Alíate con contenedores (con compartimentos o no), ya que se ajustan a las dimensiones de tus interiores; organizadores de cajón, un aliado imprescindible en la cocina, o las cestas, muy prácticas para guardar las cosas pequeñas y las grandes.
Y si el orden era tu prioridad, el mantenimiento es la consecuencia inmediata. Por este motivo, cada mes, pasa revista a tu despensa y a tus armarios. Así, tu cocina siempre estará perfecta.