Son esos rincones de la casa con cierta magia, sobre todo en esta época del año, donde hay pocas cosas tan apetecibles como leer un buen libro calentito mientras en el exterior llueve, pero además es el lugar perfecto para echarte una siesta o simplemente relajarse del estrés diario.
El dónde y el cómo
Encontrar el lugar idóneo no es complicado, incluso en ocasiones hay lugares de tu vivienda que parecen haberse creados con ese fin. Si pensabas que necesitabas mucho espacio, estabas equivocado. Para crear un rincón de lectura son suficientes dos metros cuadrados. Si dispones de más, mejor aún. Como requisito (casi) imprescindible, la luz natural. Lo ideal es situarlo al lado de una ventana, ya que, además de mejorar la iluminación para leer, le dota de vitalidad y energía positiva. Puedes dedicarle un rincón del salón, del dormitorio o incluso, bajo la escalera. Aprovecha esos metros que no usas o esos huecos ‘muertos’, no necesitas mucho más, ni siquiera puerta o un biombo que actúe como tabique separador. Eso sí, mejor si está en una esquina que en medio del salón, ya que para relajarte y disfrutar necesitas cierta intimidad. ¡Por algo le llamamos rincón!
El sillón: la pieza clave
Al evocar la lectura inmediatamente te viene a la mente un sillón orejero, ese que ha estado en nuestras casas desde siempre. Lo cierto es que puede ser cualquier asiento (chaise longue, bancos, sillas con brazos…) siempre que sea cómodo, muy cómodo. Piensa que este espacio es un reducto de descanso, por lo que no sólo te sentarás en él sino que te recostarás, subirás las piernas o directamente te tumbarás. Actualmente hay modelos que combinan ergonomía y estética y no son necesariamente un orejero. Otro requisito es que se integre en el resto de la decoración. Al formar parte de otro ambiente debe formar parte de él, compartir el mismo estilo, las mismas telas, colores, etc.
Elementos complementarios
Y si el sillón es el protagonista del rincón de lectura, el resto de accesorios son clave (e inspiradores) para crear la atmósfera perfecta: cálida, acogedora y funcional, al mismo tiempo. Por eso, coloca una mesita auxiliar o una superficie donde dejar el libro, las gafas o una taza. Procura que la librería esté cerca, así además de ser práctica a la hora de elegir lectura, le dotará de esa magia que suelen tener las bibliotecas. Y, por último, no olvides los detalles: una alfombra que delimite visualmente el espacio, un cojín para apoyar la cabeza y esa mantita de sofá, que además de hacerte entrar en calor, te proporciona una agradable sensación de bienestar físico y emocional.
Una buena luz
La iluminación es fundamental en esta zona. La luz natural debe reforzarse con una buena lámpara puntual. De pie o de sobremesa, lo ideal es que tenga brazo articulado o cabezal giratorio, ya que te permitirá leer sin forzar la vista. Colócala detrás o al lado, para evitar que te deslumbre.
Pon en práctica estas ideas, déjate llevar por la inspiración y convierte este rincón en uno de los preferidos de tu casa.