Una estética puro lujo, sin miedo a caer en el exceso, se muestra en el mobiliario, pero, sobre todo, en accesorios y adornos. Inspiradora y llena de posibilidades, la hemos visto en Maison Objet (la feria de decoración de París) y en la pasarela: la denominada ‘moda con memoria’ pone las bases de una tendencia llena de brillos y oro, mucho oro. Posee cierto gusto por épocas pasadas, conocidas por su esplendor, y hace suya la máxima del ‘menos es más’. Hoy, llega al hogar, dispuesta a conquistar cada una de sus estancias: el baño y la cocina también se rinden a sus encantos.
El estilo de la opulencia
Convive con la tendencia natural y sencilla que triunfó (y sigue triunfando) la temporada pasada. Pero lo cierto es que resulta difícil quedarse impasible ante el poder del oro, los brillos de sus cristales, la delicadeza de sus diseños y la riqueza de sus telas. La opulencia es su máxima. Eso sí, la línea que separa la elegancia de lo hortera es finísima en esta tendencia decorativa. ¿La clave? Equilibrar y compensar tanto exceso con pinceladas neutras y mates, ‘of course’.
El poder (y la magia) del oro
Convertido en el nuevo negro, el ‘gold’ se apodera de los complementos, especialmente de lámparas, espejos, jarrones, marcos o vajillas poniendo un toque de luz y sofisticación a los espacios. También lo encontramos en papeles pintados, pinturas de pared o tapicerías. Aunque puedes cubrir (casi literalmente) tu casa de oro, lo cierto es que aplicado con sutileza, con pinceladas aquí y allá, lograrás ambientes armoniosos y elegantes, capaces de instalarse cómodamente en distintos estilos decorativos: vintage, clásico, retro o nórdico. A su lado, el brillo de otros metales, especialmente el cobre, no deja pasar la oportunidad de introducirse en las habitaciones de nuestras casas.
Muebles-joya: piezas únicas
Tremendamente efectistas, su estética transforma los espacios, dotándolos de gran belleza e imprimiéndoles, sin duda, una nota de glamour. Mesas y sillas se envuelven de la calidez y la espectacularidad del oro, creando piezas únicas y maravillosas, que parecen destinadas a palacios de otras épocas, pero que se cuelan en las decoraciones actuales, sin miedo y con cierto atrevimiento. Son buenos acompañantes en estancias donde reine el blanco y el negro, sin olvidar la personal combinación que se produce con el verde, tan de moda este año, aunque los resultados son diferentes. Así, en contacto con el blanco se produce una fusión perfecta, ya que le imprime calidez, vida y color, creando atmósferas llenas de encanto. Con el negro es sofisticado y muy elegante, aunque debe usarse siempre con prudencia y vigilar la iluminación, para no caer en atmósferas oscuras. Mientras que con el verde, adquiere un matiz más femenino, sin perder ni un ápice de encanto.
Apto para toda casa
Incluidos la cocina y el baño, especialmente este último. Si el salón y el dormitorio parecían su hábitat natural, en el baño encuentra un paraíso a su medida donde reinar y brillar a sus anchas. Su uso puede limitarse a elementos concretos, como la grifería, pero puede extenderse a prácticamente todas las piezas del ambiente: bañera, lámparas, muebles… Logrando grandes dosis de sofisticación en estancias, por lo general, muy poco dadas a él.
Dar una oportunidad a este nuevo negro es darle una oportunidad a la sofisticación y al lujo con estilo. Atrévete a comprobarlo y pon un toque ‘gold’ en tus estancias.