Lejos de lo que se piensa, de los detractores y de los defensores que tiene, lo cierto es que el feng shui puede hacer mucho por ti y por tu casa, transformando los espacios en lugares donde sentirse bien y a gusto. No tiene nada que ver con encender velas, colocar una rana de tres patas o emplear un mapa Bagua y ni siquiera debes creer en él, tal y como dice el Estudio de Feng Shui de María Duran (duranytoledo.com. Y sí está relacionado con el sentido común y la lógica. Además, al mismo tiempo, debe ser el reflejo de tu personalidad. Estas son las claves para una casa con buena energía.
Empieza por ‘limpiar’
Para empezar una nueva vida hay que deshacerse de todo aquello que no necesitas y hacer limpieza, para permitir que la energía fluya. Cuanto más libres, desahogadas y despejadas estén nuestras estancias, más cómodos y a gusto nos sentiremos en ellas. Y, por supuesto, mantén el orden. Es fundamental para lograr la armonía y el equilibrio.
El recibidor o el hall debe darte la bienvenida a la casa. Presta atención a su decoración y pon flores, un cuadro o un mueble bonito, que te haga sentirte a gusto nada más traspasar el umbral.
Dormitorio, salón y cuarto de baño son, por ese orden de importancia, las estancias claves en la decoración feng shui, permitiéndote el equilibrio de toda la vivienda. Cada habitación tiene una función. De forma, que el dormitorio, por ejemplo, es el lugar de descanso y el salón, es la zona de reunión y relax.
Dormitorio: zona de descanso
Si el dormitorio es el espacio para descansar, está claro que en él no hay hueco para la televisión. Olvídate de coger el sueño con el sonido de la tele porque tanto la luz como la voz, lo que hacen es evitar que descanses bien. Tampoco es recomendable el móvil en la mesilla para evitar las ondas electromagnéticas. Los despertadores de toda la vida son una buena opción con la que levantarse por la mañana. Aquí cargas las pilas para el día a día, así que debe reinar la paz. La cama es la protagonista absoluta del espacio. Debe colocarse en diagonal y opuesta a la puerta, para que no incida en ninguna parte de la cama. Mejor si tiene cabecero y es recomendable que tras éste haya una pared, no una ventana. Mejor si tienes un buen respaldo en el que apoyarte.
Salón: reuniones alrededor del fuego
Es el corazón, la parte social de la casa, donde se producen encuentros con amigos y veladas en familia. Los sofás son parte esencial del salón. Lo ideal es colocarlos sin enfrentar, formando ángulos de 90º, para que las personas que se sienten en ellos, puedan tener una comunicación fluida. Evita, en la medida de lo posible, ponerlos todos en línea frente al televisor. La iluminación es una parte esencial, ya que ayuda a recrear atmósferas. Elige una adecuada iluminación general y otra puntual con lámparas de sobremesa y apliques. Elimina los rincones sombríos de energía y deja que la luz brille en todo el espacio.
En el comedor, por su parte, la mesa es el centro. Debe adaptarse a las dimensiones del espacio, de manera que no agobie ni ‘baile’ dentro de la estancia sino que quede integrada y resulte cómoda. A ser posible, elige un modelo redondo, ya que resulta más armónico, mientras que las rectangulares establecen jerarquías al contar con dos cabeceras.
Cuarto de baño: tu parcela de intimidad
Lo ideal es situarlo lejos de la cocina, para que no haya olores perturbando tu relax, y que la puerta no se vea desde la entrada. Necesitamos que esté ordenado, sin elementos a la vista que perturben la calma y rompan la armonía.
Por eso, deja sólo expuesto las cosas más bonitas, como frascos de perfume o botes de crema. Las plantas son buenos aliados en esta estancia, siempre que tengas buena luz natural, ya que contribuye al equilibrio de los elementos.