La fórmula ideal para crear un salón “personal e intransferible” se encuentra en dejarte guiar por tus instintos, aprovechar la arquitectura del espacio y apostar por piezas u objetos especiales. Si no tienes claro cómo conseguirlo, no te pierdas nuestras cuatro claves.
Con estilo libre
Diferente, aunque sin ser un espacio raro y poco funcional. Se trata de dotarle de un aire que le distinga del resto. Muchas veces simplemente será un toque femenino (o masculino) el que le hará distinto, mientras que otras todo el diseño interior marcará la diferencia. El estilo ecléctico suele ser un buen acompañante en la creación de este tipo de ambientes, ya que se trata de un look que huye de lo estándar y busca el lado más personal de los espacios combinando piezas de diferentes estilos decorativos. Su dificultad está en no caer en lo hortera ni en el caos. Ante la duda, no juegues con más de cuatro estilos y apóyate en los colores neutros para poner un poco de cordura y límites a la libertad de lo ecléctico.
Aprovecha la arquitectura
Saca todo el partido a huecos, columnas, paredes desiguales o techos abuhardillados, integrándolos en la decoración. Si tienes la suerte de contar con una arquitectura especial, ¿por qué no aprovecharla? Sé creativo y pon en marcha soluciones que rentabilicen mejor el espacio o conviertan un pequeño defecto en una cualidad. Así, por ejemplo, si tienes techos inclinados, aprovecha las zonas más bajas para poner muebles para guadar o baldas a modo de librería; mientras que si al tirar tabiques para dar amplitud al salón, se han quedado varias columnas ‘colgadas’, no las escondas y conviértelas en un elemento decorativo más.
Paredes y suelos con vida propia
La diversidad de materiales, colores, formatos y acabados los convierten en parte esencial de la decoración de tu salón. Puedes apostar por unificar paredes y suelos o jugar con la mezcla de materiales distintos. Si te gusta lo natural, elige pavimentos de madera en gran formato, de especies menos usuales (el bambú es una opción) y con diseños más originales; o por el mármol más exótico (rojo, negro, con vetas plateadas…). Mientras que los porcelánicos ofrecen un universo ilimitado de posibilidades que se adaptan a todos los gustos y los materiales sintéticos, además de belleza y prestaciones, poseen la capacidad de crear muebles y piezas originales, consiguiendo conjuntos impactantes visualmente.
Piezas llenas de encanto
Muchas veces, la fórmula más efectista, y efectiva, es también la más sencilla. Y, así, un mueble o una pieza especial pueden transformar tu salón de siempre en un espacio personal y distinto. Desde un sofá, una silla o una lámpara obra de un creador top hasta un objeto especial en sí mismo por su diseño o su color. ¡Todo es válido!
Las telas también pueden ayudarte. ‘Abriga’ tu salón con tejidos y complementos que te darán ese toque hogareño. Puedes apostar por telas con texturas o con motivos extravagantes, aunque siempre manteniendo el equilibrio con los tonos neutros y la sencillez de los lisos.
Sin olvidar los pequeños detalles, esos que convierten un interiorismo perfecto en una casa vivida y con alma. Las fotografías familiares que adornan las paredes, los dibujos de tus hijos enmarcados, esa muñeca antigua que te mira desde un rincón de la librería… Objetos que vas cambiando y añadiendo según pasan los años y que hacen de tu salón un lugar donde sentirse a gusto.