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Sobre la mesa de comedor, en un rincón de lectura, dividiendo dos ambientes de una estancia, en la ventana del dormitorio o la cocina, colgando a modo de liana sobre la librería… Las plantas y flores de interior atrapan la frescura del jardín, creando espacios llenos de vida y alegría. Para que su introducción en los ambientes sea un éxito, debes elegir la especie adecuada para el espacio donde la vas a situar y dejarte llevar por los sentimientos que te despierte: limpieza, olor a campo, exotismo, romanticismo, niñez, etc.
Elige y elige bien
Sobre todo conoce las necesidades de las plantas que has elegido. “Luz y temperatura son factores determinantes. También debes tener cuidado con su ubicación, que haya radiadores cerca o sufra corrientes de aire, por ejemplo, son aspectos que influyen en su desarrollo. Sin olvidar su tamaño, ya que hay que tener en cuenta el hueco que hemos previsto para la planta y el crecimiento de ésta”, nos cuentan desde Bora Diseño Floral (boramadrid.es).
Si quieres que dure y dure, aunque te encapriches de una especie de exterior, olvídate de meterla en casa, ya que no son capaces de sobrevivir dentro durante mucho tiempo. Entre las especies más adecuadas para el interior, además de los clásicos y ahora tan de moda cactus, se encuentran la Zamioculca, el rhipsalis o la sanseviera, conocidas por su resistencia y durabilidad. “Si prefieres que tengan flor, el anthurium, la orquídea phalaenopsis (mucho más dura de lo que se cree de ella) y el sphatiphylum, que además de resistente purifica el aire”, recomiendan desde Bora Diseño Floral.
Flores, flores y flores
Sin duda, la flor cortada es un aliada en la decoración de tu casa. Llena de color, logra resultados de gran impacto visual, que aportan positivismo y alegría a tus estancias. Es algo así como capturar el espíritu de la primavera en tus habitaciones. Pueden dar un toque romántico, subir la temperatura de estancias frías y minimalistas, imprimir vitalidad en habitaciones neutras, recrear una atmósfera campestre… Lo malo es que su poder es efímero, aunque siempre te queda el consuelo de hacer ramilletes de flores secas.
Siempre nos quedarán… ¡Las artificiales!
Son un opción cada vez más extendida, gracias en parte a su reciente look. Las nuevas plantas y flores artificiales parecen (casi) naturales, tanto se asemejan con sus ‘hermanas’ que muchas veces se confunden con ellas. A su favor, tienen su aspecto, durabilidad y nulo mantenimiento. En contra, sólo nos conquistan por el sentido de la vista, les falta el aroma y la textura de sus ramas y hojas para ser totalmente perfectas.
El recipiente también suma
O resta, si no se escoge el adecuado. “Son muy importantes para la decoración, ya que ayudan a resaltar los tonos o las formas de nuestras plantas. Pero además de por su aspecto decorativo, no hay que olvidar su lado más práctico, ya que deben permitir la ventilación de las raíces y lograr que no traspase la humedad, para que no deje cerco en los muebles”, señalan desde Bora Diseño Floral (boramadrid.es).
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