Es una de las tareas más tediosas, pero también más gratificantes, ya que el resultado (si es el esperado) siempre supera las expectativas de espacio y orden que tenías en mente. Una buena organización te ayuda a hacer limpieza, a ver toda tu ropa de un vistazo y a sacar más partido a las prendas que menos te pones. Dos consejos antes de empezar no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy y empieza y termina en el mismo día. No hay nada más desalentador que ver montones de ropa repartidos por toda la habitación. Repasamos paso a paso las fases de la operación cambio de ropa de temporada.
Fase 1: limpieza
Aprovecha y revisa a fondo tu armario. Deshazte de ese pantalón que llevas meses (o años) sin ponerte; ese vestido que guardaste para cuando perdieras algún que otro kilito; esa camiseta con rotos, que no es apta para pisar la calle (ni siquiera para dormir)… Esas cosas que ocupan gran parte de tu armario sin que te des cuenta. Si tienes dudas, piensa que para que algo entre, algo debe marcharse. Una regla de oro, que vale para mantener el orden en muchos aspectos de tu casa y de tu vida.
Fase 2: organización
Una vez superada la fase de limpieza toca redescubrir tu armario. Míralo con otros ojos (vacío es mucho mayor y espacioso) para sacarle todo su potencial. Lo más fácil es organizarlo por colores o tipo de prendas. Bien de claro a oscuro, por ejemplo, bien siguiendo un orden lógico: chaquetas, camisas, faldas, vestidos… Si prefieres también puedes ordenarlo según el uso de las prendas, de forma que tengas varios bloques diferenciados: de sport, para trabajar, de fiesta… Elige el modo de ordenarla que más fácil te resulte para localizarla después más rápidamente y que siempre esté como recién planchada.
Guarda tus camisetas y jerséis, doblados en escalera (la segunda un poco más atrás que la primera y así sucesivamente), así será más fácil de localizar. Controla la altura, nunca más de 30-40 cm de alto, para que al coger una prenda no tires el resto.
Pantalones, faldas y vestidos en perchas, aunque si se trata de vaqueros, puedes doblarlos para que ocupen menos sitio. Puedes colgar varias faldas en una percha con pinzas, pero nunca cuelgues varios vestidos juntos, si no quieres que se deformen los hombros.
Fase 3: Busca aliados
En la distribución interior, pantaloneros, baldas hidráulicas, cajones con separadores, perchas para varias prendas, etc. Son esos elementos que te facilitan mucho el día a día, ya que te permiten encontrar rápidamente lo que buscas, amortizan la capacidad del armario y mantienen las prendas sin arrugas ni marcas imposibles. Son tus mejores ayudantes para crear y mantener el orden interior.
Fase 4: Armarios que dan la talla
Si estás pensando en cambiar de armario, ahora es el momento adecuado. A la hora de elegirlo, ten en cuenta las necesidades personales (mucha o poca ropa de doblar, para colgar, etc), las condiciones del espacio y el estilo de la habitación. Las últimas tendencias permiten diseñarlos (casi) a medida, tanto el exterior como el interior. Juega con paneles correderos, aligera los grandes frentes con cristal, aprovecha las propuestas para singles, diseña el vestidor que siempre soñaste, personaliza las puertas para que se integren con tu estilo… Hay un mundo de posibilidades a tu alcance.