Hoy en día es, sin duda, unos de los espacios neurálgicos de la casa. Por eso, hay que cuidarla como se merece. Queremos una cocina especial, que se pueda disfrutar a distintas horas del día, cómoda y funcional, al mismo tiempo. Tiene que ser versátil y adaptarse al momento y la necesidad, pero manteniendo, al mismo tiempo, su razón de ser. Está claro: pon una cocina perfecta en tu vida y no querrás salir de ella.
Nuevo concepto
La cocina ideal es aquella que tiene alma y es capaz de encerrar los recuerdos de sus moradores. Ya no es un espacio aislado donde (sólo) se cocina sino el corazón de tu hogar. Se transforma en un espacio social de la casa, donde compartir tiempo con la familia y los amigos. Se abre al resto de la casa, bien integrándose dentro de otro espacio, como el salón, eliminando, de esta forma las barreras visuales; bien manteniendo su propia identidad, pero sin puertas ni tabiques, que la encierren entre sus cuatro paredes. Ambas fórmulas deben buscar la fluidez.
El poder de la luz natural
La luz natural mejora nuestro estado de ánimo y nos hace sentirnos más felices. Las cocinas muy luminosas aportan grandes dosis de energía y vitalidad. Y para qué negarlo, resultan mucho más bonitas. Con luz, los colores se intensifican, los aceros emiten destellos brillantes y la madera se vuelve más cálida. La luz es una verdadera invitación a charlas alrededor del fuego, sobremesas que se alargan o el rincón perfecto para hacer los deberes o el trabajo que te has llevado de la oficina.
La soberanía del blanco
Es, según un estudio de Leroy Merlin, el color preferido por los españoles para decorar su cocina. Aunque, hoy por hoy le siguen muy de cerca el resto de tonalidades. Aporta luminosidad, multiplica los metros y encaja bien en todos los estilos decorativos. No pasa de moda. En solitario es un éxito seguro, pero en combinación con tonalidades intensas y atrevidas es toda una declaración de principios y un alegato de buen humor y alegría.
Espíritu práctico
Una cocina no tiene que parecer práctica sino serlo. La funcionalidad y la comodidad son dos de los principios a la hora de configurar la cocina ideal. Se han de buscar distribuciones, en línea o paralelo, con isla o en “L” o “U”, que se adapten a los metros disponibles, dejando espacio suficiente para circular sin tropezar o chocar. De la misma manera, es preciso establecer un triángulo de trabajo (zona de aguas, cocción y almacenamiento) cómodo, para que los desplazamientos sean cortos.
Y contar con armarios y cajones, que te permitan mantener ordenado el ambiente, potenciando la sensación de equilibrio y limpieza. Además, de sacar el máximo partido e incrementar la funcionalidad del mismo.
Sin olvidar, incluir una zona acogedora para comer, a la que puedas dar más de un uso: mesa de escritorio, estar de diario, rincón de planchado… Una barra adosada a la pared o al final de la encimera es una buena opción en cocinas de pocos metros.
Mejor equipadas, más funcionales
Los nuevos diseños de los electrodomésticos y sus nuevas tecnologías han aumentado su poder. Ahora, según el estudio de Leroy Merlin, se ponen más (un 76%). Eso sí, aunque se tratan de modelos casi de ciencia ficción, tienen que integrarse en el ambiente, formar parte de él.
Bien situados y a la altura perfecta, usarlos debe ser cómodo y sencillo a la vez. Por este motivo, los últimos modelos cuentan con un manejo intuitivo, que facilita realizar cada tarea. No deben esclavizarte al libro de instrucciones sino convertirse en el aliado que te gusta tener cerca.