Con la llegada del buen tiempo, sientes la necesidad de dar luz y vida a tu casa, para que también se contagie del universo de alegría y optimismo que se respira en el exterior. Conseguirlo pasa por renovar la ropa de hogar, realizar un buen uso del color de paredes y muebles y apostar por los complementos más personales, sin olvidar las plantas. Un hogar con vida resulta más confortable y apetecible. ¿No crees?
Estampados: las telas son protagonistas
Para dar vida a tu casa, no son necesarias grandes reformas o cambiar la decoración de arriba abajo. En ocasiones, basta con un sencillo gesto como renovar las telas. Si durante el invierno, los estampados y los colores de tus telas se oscurecen y buscan la calidez, con el buen tiempo, los estampados con flores o con motivos veraniegos “toman” cortinas, cojines y ropa de cama. Protagonistas de la decoración, ponen su particular toque, creando espacios para disfrutar y vivir. Como siempre, la clave de su éxito está en la mezcla idónea de colores y motivos. Se trata de dotar de vitalidad a las atmósferas no de asfixiarnos entre flores, pájaros y palmeras de tamaño XL.
A todo color: paredes y muebles
A la hora de elegir el tono idóneo, has de tener siempre en cuenta la cantidad de luz que tiene la habitación. Y sigue la máxima: a más luz, mayor gama cromática podrás elegir. Sé precavida y busca el equilibrio. Piensa que siempre debe haber un color dominante (60%) y que el resto del porcentaje debe dividirse entre destacar un paño de pared, la decoración y las telas.
Si quieres dar un toque de color a tus muebles, muchas veces bastará con poner una pieza en una madera oscura que destaque sobre el resto. Otras, sin embargo, podrás jugar e introducir uno o dos elementos en un tono vivo, que aporten su toque especial sin recargar el espacio.
El lenguaje del color
Los colores de tu casa transmiten emociones y sensaciones. Por eso, hay tonalidades que dan vida sin darnos cuenta.
El azul es una tonalidad positiva, que permite la concentración y aporta calma. Es tranquilo, como un mar sin olas, y transmite quietud y relajación. Los dormitorios son su hábitat natural, aunque se expresa bien en cualquier estancia de la casa.
El amarillo es una explosión de sentimientos. Muy de moda, resulta alegre, lleno de luz y muy cálido. Es el color de lo positivo, del verano... Por este motivo, dota a las estancias de una desbordante alegría y pura energía positiva.
El verde nos traslada directamente al exterior. Fresco y natural, posee el poder de revitalizar el cuerpo y la mente. Pura inyección de naturaleza.
El rojo es vitalista. Muy estimulante, transmite energía y fuerza para realizar cualquier cosa. Es vida en sí mismo. Sus tonos más oscuros, como el terracota, muestran su lado más cálido.
El rosa es la delicadeza en una pincelada. Positivo y optimista, en sus tonalidades más intensas (atrevido fucsia) proporciona una inyección de humor y buenas vibraciones.
Juega con los contrastes
Busca siempre el equilibrio entre tonos oscuros y claros. Las maderas claras o los muebles pintados en claro encuentran su lugar en contraste con tonalidades fuertes; mientras que las oscuras, sacan toda su personalidad al encontrarse con paredes claras.
Si no te da miedo arriesgar y prefieres un mobiliario colorido, hazlo siempre que la “caja” (paredes, techos y suelos) sea siempre neutra o en tonalidades claras, no se trata de crear el arcoíris.
Complementos: los perfectos aliados
Desde un espejo, que además amplía visualmente los metros, hasta un adorno, que destaque del resto, o un montaje fotográfico, que haga de tus recuerdos pasajes en 3D. En realidad, son pequeños gestos que te permiten disfrutar al máximo tus estancias. La clave está en la personalización, por eso busca detalles únicos, que hablen sobre ti y que muestren tu personalidad al visitante. Cuanto más vida tenga el objeto, más fuerza imprimirá a la habitación.
En este apartado no se pueden olvidar los adornos efímeros, por ejemplo, los dibujos de tus hijos por el día de la madre. Muestra en un bonito montaje sus obras de arte y dota a esa habitación de tu toque más personal.
Plantas: territorio natural
Una planta en un rincón, un jarrón con flores frescas sobre la mesa, una rosa seca sobre una repisa, una maceta con una especie culinaria en la cocina… Flores y plantas no sólo dan vida a tu casa sino que también transmiten alegría y optimismo.
Con ellas, el espíritu de la primavera se incorpora al interior de la vivienda, incluso en invierno, y todo parece contagiarse de él.