Aquello del reloj de cuco o el de péndulo marcando las horas incesantemente en la pared del salón es una imagen que pertenece ya al imaginario colectivo. Porque rara era la casa del abuelo, el tío o los padres, en la que no había una de estas piezas. Vale que servían —¡qué útil resulta!— para saber la hora. Pero no se pude desestimar el valor decorativo que tenían.
Bien, pues ahora sucede más o menos lo mismo, pero con mucha variedad. Esa es la palabra que define la decoración de relojes de pared en este principios de siglo XXI en el que estamos inmersos. Variedad de estilos, variedad de materiales; variedad de estancias —para la cocina, el salón, el despacho— y de resultados. Del más clásico y elegante al más moderno y de diseño.
Los ejemplos los puedes encontrar fácilmente en diversas tiendas y de diversas firmas. Los hay para tantos gustos como personas se decidan a comprarlos. A nosotros nos han enamorado los que se montan con adhesivos. Porque suponen una manera perfecta de decorar la pared de manera original, sin perder la noción del tiempo.
Y es que tienen muchas ventajas: mantienen la idea del reloj de toda la vida, pero con una estética realmente innovadora y contemporánea. Pero además ocupan muy poco espacio. Sólo hay que pegarlos en la pared. Por un lado la carcasa con sus 2 agujas en movimiento que se fijan en la pared. Por el otro lado, un tablón de adhesivos reusables para los diferentes aspectos opcionales, dependiendo del tamaño que se quiera dar al reloj. Además los hay de diferentes diseños, de los más modernos a otros de estética algo más clásica, con los números en un estilo más tradicional.
Otra opción para el salón es colocar un reloj de pared con marcos para fotos. Es un modo perfecto de personalizar el reloj y la pared con las mejores fotos de tus hijos. O de las vacaciones. O de tu boda. Los hemos visto con marcos de aluminio y los hay en color rojo, amarillo, naranja, verde, azul, violeta, rosa, gris y negro.
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Claro que precisamente los de colores intensos son muy divertidos para colocar en los dormitorios infantiles y juveniles. A los chicos les encantará tener las imágenes de sus mejores amigos al tiempo que controlan el tiempo que les lleva estudiar y hacer los deberes. Para estas estancias también es muy simpático el modelo Matemáticas, en el que aparecen varios tipo de operaciones
Volvemos a cambiar de zona de la casa. Pasamos a la cocina, donde es imprescindible contar con un reloj. Para empezar, para vigilar los tiempos cuando se cocina. Pero también la hora de la comida o la cena. En este caso también se pueden encontrar varias opciones. Como el modelo realizado con utensilios de cocina, en el que marcan las horas espumaderas, tenedores, cucharas y cucharones. También puede presumir de sentido del humor quien se instale los diseñados por firmas como Cállate la boca.
Los más clásicos también encontrarán piezas perfectas para sus gustos. Porque los hay redondos y de madera; metálicos, inspirados en el diseñado por George Nelson. E incluso del estilo de los que simulan los relojes de pared. Además cualquiera de ellos puede formar parte de un conjunto o grupo de piezas para la pared, como si de cuadros se tratase... En definitiva, no debes desestimar el poder decorativo de un reloj de pared.
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