Esto sí son castillos en el aire

Si eres de los que siempre soñó con ‘vivir en las alturas’ o 'andarte por las ramas' —en sentido literal— te gustarán estas sugerencias para disfrutar de una casa en un árbol

by hola.com
¿A quién no le hubiera gustado tener una casa en un árbol para jugar en su infancia? Eso de subirse a un árbol y montarse una casita es algo así como un esencial en el imaginario colectivo. Quizás porque lo hemos visto en muchas películas. O simplemente porque es muy divertido eso de aislarte del mundo; situarte varios metros por encima del resto de la humanidad y jugar.
Pues bien, son muchos los adultos que pueden disfrutar de una de estas casas. Aunque en realidad, todos podemos. Te recomendamos dos sencillos modos de hacerlo. Uno de ellos, a través del espectacular libro de Taschen, Tree Houses. El volumen repasa algunas de las más asombrosas estancias suspendidas en el aire —muchas de ellas, hoteles—, a lo largo y ancho del mundo. El otro, acudiendo al hotel Cabañas en los Árboles, situado en un precioso paraje en Gerona. Echa un vistazo a ambas propuestas. Empezamos por el libro.

Más información:
www.taschen.com
www.cabanesalsarbres.com
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A 10 metros sobre el suelo, entre árboles manuka, se encuentran estas cinco casas asociadas al hotel Hapuku Lodge, en la Isla Sur de Kaikoura, Nueva Zelanda. Los generosos ventanales de las habitaciones ofrecen vistas del espectacular entorno natural. 
Inspirado en la imagen colectiva que tenemos de un OVNI, esta casa de árbol es parte del hotel de Harads, situado en el norte de Suecia. La planta de la estructura es circular y está dividida en dos niveles interiores. Se trata de una habitación destinada a dos adultos y dos niños. 
Este espacio casi se puede definir como ‘una casa sobre zancos’ más que como una casa de árbol. Diseñada por Michael Ince y situada en la localidad neoyorquina de Bridgehampton, la denominada Casa Bialsky, casi puede presumir de tener un diseño ‘tolkeniano’. 
“El concepto de la casa Spherical se inspira en la construcción de veleros y en los aparejos”, así explica Tom Chudleigh su proyecto de esferas enganchadas a tres árboles en la Columbia Británica de Canadá. La decoración interior está abarrotada de elementos de ambiente náutico. 
Esta Casa de Té Tetsu se ubica en los terrenos del Museo Kiyoharu, en Yamanashi (Japón). Está diseñada por Terunobu Fujimori quien afirma que parece “la casa de un enano en un cuento de hadas”. Quizás porque está pensada para contemplar los cerezos en flor. 
Si piensas que esta casa es tan idílica que no puede existir, tienes razón. Porque es un proyecto virtual diseñado por Andreas Wenning: “El espacio, con sus muros y techos curvos, está orientado hacia el mar, o quizá hacia un río en la linde de la selva tropical”. 
Esta imagen pertenece a una de las habitaciones que componen el hotel Cabañas en los Árboles, situado en la localidad gerundense de Sant Hilari Sacalm. La idea de sus propietarios es ofrecer a los amantes de “la naturaleza el gozo de entrar en contacto directo con el árbol y su ecosistema”. 
El hotel gerundense cuenta con diez cabañas con capacidad para dos o cuatro personas. Pero no se trata de un alojamiento de lujo, sino rural, con todas las consecuencias: las cabañas no disponen de electricidad ni agua corriente. Aunque sí la Masía de la Vileta, a unos metros de las cabañas. 
El eje de cada una de las cabañas que componen el hotel es el tronco del árbol, que atraviesa su interior. En cada cabaña se dispone de linternas y velas, así como agua y lavamanos. El WC es biodegradable y se recicla en forma de compostaje. Y el desayuno se sirve en las cabañas en una cesta. 
Los usuarios acceden a las cabañas mediante un puente colgante y una escalera. Una de las zonas más agradables de cada habitación ‘colgante’ es la terraza, de 10 metros cuadrados. Pensadas como espacio de descanso y relajación, ofrecen unas vistas cautivadoras del Montseny o los Pirineos.