Sus trabajos al frente de su estudio de arquitectura e interiorismo, GdeV, no pueden ser más eclécticos y diversos. Para muestra, lo último que tiene en cartera: un gran centro comercial con hotel, clínica, plaza con restaurantes y 500 apartamentos, en Cartagena de Indias; el Waldorf de Room Mate, en Miami; el mega restaurante —1200 metros cuadrados— Zen Market, en el estadio Bernabéu; o el primer Rodilla made by García de Vinuesa, también en Madrid. Al tiempo, ultima los trabajos en una casa en La Moraleja.
Entre proyecto y proyecto nos recibe para hablarnos de tendencias de decoración, de su trabajo y de cómo ve él el interiorismo navideño. Eso sí, te ofrecemos la charla en dos partes… ¡No te la pierdas!
Nacho García Vinuesa es arquitecto e interiorista y responsable de la decoración no sólo de viviendas particulares, sino también de restaurantes y hoteles nacionales e internacionales. (PULSA EN LA IMAGEN PARA AMPLIARLA Y VER LA GALERÍA)
¿Cómo definirías tu estilo a la hora de decorar un interior, qué ‘mandamientos’ aplicas?
La palabra eclecticismo quizás es la que mejor define nuestros trabajos. La única línea de unión entre todos nuestros trabajos es la utilización de materiales naturales, de toda la vida (piedra, madera, cristal, metal) mezclados con productos de alta tecnología ( pieles ecológicas, resinas, tejidos metálicos, etc…) y la premisa que utilizamos para todos nuestros trabajos es “hacer lo que quiere el cliente, pero bien hecho”. De ahí la variedad de estilos y lenguajes que usamos.
¿El cliente siempre tiene razón?
El cliente no siempre tiene razón. El cliente tiene un sueño y nosotros lo traducimos a un proyecto ejecutable, que cumpla los presupuestos, las necesidades y los gustos de quién hace el encargo. No se puede imponer nada, sino dialogar y llegar al mejor resultado.
¿Qué tendencias reinan en la decoración y el diseño de interiores? Eclecticismo, exuberancia, minimalismo, lo tribal…
En el fondo, todo lo que dices es cierto. Realmente hay una variedad de oferta increíble. Se ha perdido “la moda” como algo a seguir de forma ineludible. Ahora todo vale si está bien hecho. Aunque sí es cierto que hay una vuelta a lo tradicional, a lo cómodo, a lo confortable… De ahí lo tribal, lo natural. En realidad, el gran público ha dado la espalda al minimalismo agresivo y… ¡pide marcha!
A la hora de decorar una casa particular, ¿qué estancia suele ser la más complicada?
Yo creo que el salón, porque es la estancia más grande y la que mayor inversión requiere. Nosotros intentamos innovar en las distribuciones —nada de 3 +2— y esto suele generar problemas, pues el cliente suele tener una concepción muy tradicional de salón. Es difícil convencerles de propuestas más audaces.
¿Cómo eliges la iluminación, por ejemplo, de un salón?
Lo principal es analizar la luz natural existente para compatibilizarla con la artificial. Es muy aconsejable instalar elementos con una gestión inteligente: según va desapareciendo la natural, se va encendiendo la artificial. Ésta debe tener dos fases, la de iluminar los planos de uso —dónde se lee o se prepara la cena—; y otra que ponga en valor la arquitectura y el interiorismo, “la espectacular”; la combinación de ambas es la que define el ambiente.
¿Qué materiales te interesan?
Come te decía antes, siempre usamos una base de materiales naturales. Los mármoles y piedras españolas son magníficos, y con la cantidad de acabados mecánicos de la actualidad, la variedad es increíble. También la madera tratada con patinas y diferentes acabados es imprescindible, por su calidez y la sensación de calidad que produce. Por otro lado, los textiles de fibras naturales se imponen frente a los artificiales, pero con tratamientos que los hacen muy resistentes y lavables.
¿Y los papeles pintados? Han pasado a ser cool…
Es una de las estrellas de nuestras decoraciones, desde hace años. Requieren una inversión inicial superior, pero su gasto está justificado por su durabilidad y mantenimiento. Además por el desarrollo del sector, las posibilidades actuales de elección son impresionantes. Siempre lo usamos sin agobiar (es más contundente que la pintura) en paredes especiales, nunca en la totalidad de una estancia. De esa forma el efecto sorpresa, y la valoración del papel es mucho mayor. Lo usamos como lienzo sobre el que se colocan muebles, esculturas, textiles… dándoles mayor importancia y valor.