Quizás es una elaboración menos conocida aquí que otras de cierto parecido -llegadas también de fuera: cremas, patés, etc- como el humus, el micuit de foie, el guacamole, el mutabbal... Pero si te van los sabores fuertes, 'a mucho mar', la taramasalata te va a fascinar.
Parece que esta receta es típica de las comunidades judías que se asentaron en el imperio otomano, Grecia y Turquía. Los fenicios tenían predilección por los salazones, el garum y en general los pescados conservados en sal... En España, tampoco somos ajenos a este gusto, con productos como las anchoas, el bacalao, la mojama y también las huevas de diferentes pescados... Y si nos referimos a ingredientes cárnicos ahí tenemos el jamón, la cecina, etc.
La taramasalata se sirve con diferentes tipos de pan, blinis, etc.
Leer más: cecina y mojama, dos caras de la misma moneda
Pero precisamente, el elemento principal de la taramasalata son las huevas de pescado, que se trituran con otros ingredientes y que vamos a mostrarte cómo prepararla. Es un aperitivo increíble para servir con tostaditas o palitos de pan, blinis... y tomar con una bebida bien fría. En cuanto a las huevas de qué pescado usar, hay una amplia gama donde elegir: carpa, salmón, trucha, bacalao, maruca, mujol, etc.
Puede que te preguntes de dónde procede el color rosado que a veces tiene esta especie de crema, salsa o paté -que se puede tomar sola o añadir a otros platos...-. Y en las versiones comerciales suele proceder de algún colorante de esa tonalidad. Porque, en realidad, las preparaciones caseras tendrán los tonos de las huevas que emplees.
Leer más: cómo hacer patés caseros
Ingredientes para hacer taramalasata
- 250 gramos de huevas de pescado
- 4 rebanadas de pan duro sin corteza
- 1 cebolletas
- 2 limones
- 100 mililitros de aceite de oliva virgen extra
- Pimienta
Las versiones comerciales de taramasalata son de color rosa por el uso de colorantes, pero en las elaboraciones caseras tiene el color de las huevas de pescados que emplees.
Cómo hacer taramasalata en tan solo 5 pasos
- Pon en remojo el pan unos minutos.
- Pica la cebolleta.
- Tritura las huevas con la cebolleta y el zumo de un limón hasta obtener una textura cremosa.
- Escurre el pan y agrégalo a la mezcla anterior para volver a triturar.
- Añade el zumo del otro limón y una pizca de pimienta y tritura a baja velocidad.