Quizás es algo con lo que no estamos muy familiarizados en España. Pero puede que tú hagas condimentos similares. ¿Quién no ha preparado multitud de veces un majado de ajo y perejil para añadírselo a numeras recetas?
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A mi particularmente, me fascina el toque que le da esta mezcla a guisos de todo tipo, a los arroces y a las fideuás. Por no hablar de las verduras, mariscos o pescados a la plancha o a la parrilla y también a un simple filete de pollo o unas chuletas de cerdo o de cordero -bien para macerarlo o para ponerlo encima una vez cocinado-.
Los milaneses se lo ponen por encima al ossobuco, que es un guiso con una especie de medallones de carne de vacuno con hueso en el centro, procedentes del jarrete.
¿Qué es la gremolata?
El término, oriundo del milanés, significa molido o granuloso.
También conocida como gremolada, no es más que una mezcla de ralladura de limón, ajo, perejil fresco, aceite de oliva y sal. Normalmente también se majan en un mortero pero hay otra versión que es mezclar los ingredientes picados a cuchillo, en una batidora o en un robot de cocina.
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Algo tan sencillo aporta un sabor y una frescura que te animamos a preparar. Luego hay quien le añade otros elementos como anchoas, huevo duro, encurtidos, otras hierbas aromáticas, guindilla, un poco de zumo de limón... (puedes cambiar la piel de limón por la de lima). Prueba y elige.
Cómo hacer la gremolata
- Lava, seca y ralla la piel del limón.
- Pela y pica un diente de ajo.
- Separa las hojas de unas 6 ramitas de perejil previamente lavado.
- Pica el perejil y échalo en un mortero.
- Incorpora el ajo, la ralladura de limón y una pizca de sal.
- Maja y añade un poco de aceite de oliva virgen extra. No debe de quedar muy líquido.
Recetas con gremolata
Ahora que ya sabes lo que es y cómo se hace la gremolata, te sugerimos 5 recetas a las que incorporársela: pastas, carnes, mariscos... Tan solo tienes que pinchar en la imagen y ver los ingredientes necesarios y la forma de elaboración.
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